Con el frente doméstico repleto de anuncios del Plan Qatar, el ministro de Economía, Sergio Massa, se subió al avión para sumarse a la comitiva presidencial. En París, solo por un puñado de horas, se reunirá hoy con el presidente Alberto Fernández, y juntos volarán a Indonesia para participar del encuentro del G20.
En la próxima escala habrá dos platos fuertes. La reunión con el presidente chino, Xi Jinping, es uno de los más importantes de esta gira. Lo que intentaría el Gobierno es ampliar el swap que Argentina tiene con China y que le permite engordar las resveras del Banco Central en 10 mil millones de yuanes.
En la misma cosmética de balances, se buscaría algún mecanismo que compense con ese swap, parte del rojo con el que cerraría Argentina su balanaza comercial este año con el gigante asiático, la segunda economía mundial. La instrumentación de este acuerdo debería ser muy creativa porque debería tener el aval de los técnicos del Fondo Monetario, que comenzarán a poner la lupa sobre la próxima revisión del organismo internacional de crédito. Es que para el staff del Fondo los acuerdos que implican algún otro uso de las reservas que no sean eso en sí mismas no son generalmente asignados a la columna verde de la fortaleza de dichas reservas. Y se sabe que en la revisión del tercer trimestre habrá cuentas flojas en materia de inflación y de reservas del Central, en relación con las anteriores.
Sin el aval del FMI, no llegarían los próximos desembolsos para afrontar los vencimientos de fin de año.
Justamente uno de los temas que preocupan es que el ingreso total para 2023 del campo sería inferior al proyectado en la campaña anterior. En el sector agropecuario advierten que se esperan 38.506 millones de dólares versus los 49.878 millones de la campaña anterior.
En el sector privado también hay ceños fruncidos por el acceso a los insumos importados, que podrían complicar el nivel de actividad del año próximo. De todos modos, ayer el titular de la Unión Industrial, Daniel Funes de Rioja, por ejemplo, calificó como “graves” las trabas a la importación, pero aclaró que “el Gobierno no quiere parar la industria”.
“Ni nosotros ni el Gobierno queremos parar la industria”, comentó el también titular de la Coordinadora de las Industrias de Productos Alimenticios (Copal).
Para el equipo económico no habrá dificultades con el flujo de divisas involucrado con la producción. Fue uno de los compromisos que el propio ministro Massa dejó en claro públicamente al anunciar, el viernes pasado, Precios Justos, que regirá para unos 1.700 productos.
