La decisión de comprar el Correo Argentino fue (otro) motivo de discordia entre el padre y el hijo. Mauricio Macri quería. Franco, no. Ante la ola de privatizaciones noventista, Franco no mostró ningún interés en quedarse con el Correo. El actual presidente, en cambio, sí aprobó el ingreso del Grupo a la ex empresa estatal. La imposición del heredero, situación algo inusual en el folclore empresario-familiar de los Macri, derivaría en el reciente y controvertido arreglo entre el Estado y el Correo.
En 1997, el encargado de convencer al pater familiae de los Macri fue Orlando Salvestrini, gerente polirrubro de Socma, ex tesorero de Boca y amigo de Franco. “Cuando el Grupo decide no presentarse por el Correo, lo voy a ver a Franco y le digo que estoy en desacuerdo”, recuerda Salvestrini, quien durante años hizo equilibrio entre ambos Macri.
Le advirtió que el Correo era casi la única institución que llegaba a la casa de todos los argentinos. “Si los carteros pudieran vender algo de un dólar –especuló el contador Salvestrini–, el Grupo Macri se quedaría con más de 30 millones de dólares casi sin esfuerzo. Y si vendieran algo de 10, con 300 millones”.
Ante las dudas de Franco, Salvestrini sumó argumentos: “Hoy día el que escribe una carta lo hace como acto de amor. Las cartas comerciales se van a reemplazar por el email. Pero la personal no. Podríamos llevar tarjetas del día del amigo, del perro, de San Valentín. Hacemos buen marketing y ése es el negocio del Correo”.
A diferencia de Franco, Mauricio lo apoyó. “Cuando hablé con él, me dijo: ‘sí, metete’’. Así, el 1º de septiembre de 1997, Carlos Menem le dio la Empresa Nacional de Correos y Telégrafos (Encotesa) a la Sociedad Macri en concesión por 30 años. Salvestrini fue el primer presidente del Correo privatizado, aunque renunció a los pocos meses en desacuerdo con algunas decisiones. “La gente de Sideco (propiedad del Grupo Macri) empezó a hacer una planta en Monte Grande y agrandarse. Yo tenía la idea contraria: que fuera chico y virtual. Se endeudaron, perdieron mucha plata y pasó lo que pasó”, relata. ¿Qué pasó? El Grupo dejó de pagar el canon al que obligaba la privatización –con el argumento de incumplimientos estatales–, y echó a unos diez mil estatales. Años después, el kirchnerismo reestatizó el Correo y Macri (Franco) demandó al Estado.