Solo cuatro días de vacaciones se pudo tomar hasta ahora el presidente de la Coalición Cívica y diputado nacional Maximiliano Ferraro. La coyuntura política y parlamentaria lo mantuvo en actividad los últimos días y en una entrevista con PERFIL repasó los principales focos de conflicto que debe enfrentar el frente opositor en el corto y mediano plazo.
—¿Qué lectura hacen desde la CC sobre el último contrapunto con el Gobierno por el acuerdo con el FMI?
—Nosotros desde un principio, tanto hacia adentro de Juntos por el Cambio pero también se lo hemos hecho saber al Gobierno, creemos que la cuestión vinculada a la deuda y la posible carta de intención con el FMI debe tratarse en el lugar institucional que es el Congreso. Tiene que contemplar a todas las fuerzas. Desde la CC vamos a tener una posición responsable, colaborativa, porque realmente creemos que tenemos que estar comprometidos con lo que es ese futuro que tiene que tener por delante el país.
—Fue justamente esa posición responsable la que los llevó primero a considerar una abstención en el Presupuesto que luego se transformó en voto negativo por cuestiones internas…
—Esto fue debatido en la anterior reunión de la mesa nacional de Juntos por el Cambio y por suerte lo pudimos discutir. Esa sesión de Presupuesto y cómo fue llevada adelante fue una irresponsabilidad del Gobierno pero también de Juntos por el Cambio. Nosotros adelantamos una posición que tenía que ver con abstenernos en el Presupuesto para que el Gobierno no se quedara sin él, más allá de las críticas a las inconsistencias, a la ausencia de un plan de desarrollo. Pero en una situación tan compleja como la que estamos atravesando teníamos que dar esa herramienta para ayudarlo, al igual que con lo que, esperamos que así sea, el acuerdo con el FMI. Veníamos además de una experiencia que tendríamos que haber aprendido y es la imagen de 2010, que Cristina Kirchner hizo y deshizo lo que quiso en materia de recursos públicos en la Argentina.
—¿Y cómo se saldó el tema a nivel interno?
—Ahí hubo negociaciones bilaterales que no fueron informadas al resto de los miembros de la mesa. Algunos pícaros utilizaron nuestra posición, que habíamos anticipado y que creíamos que era colaborativa y responsable, no sé para qué. Pero esto se charló en la mesa de Juntos por el Cambio y pudimos armar un plan de trabajo interesante, tenemos ese desafío por delante, de qué manera mejoramos el funcionamiento del espacio.
—¿Está de acuerdo con el planteo de Morales de que la deuda la contrajeron todos?
—No quiero caer en una calificación de esa frase, tenemos que dejar de lado los golpes bajos y las chicanas. Los problemas de la Argentina son más importantes y más urgentes. En nuestro congreso de los veinte años dijimos que queremos discutir hacia adentro un contrato moral, va a ayudar a que seamos una coalición mucho mejor. El desafío es construir una narrativa distinta, una hoja de ruta que vamos a tener si es que la ciudadanía nos elige para formar gobierno en 2023.
—¿Cómo conviven los distintos liderazgos en una coalición tan diversa?
—Yo no le tengo miedo a la diversidad de miradas, está bien que la tengamos. La unidad de esta coalición está garantizada, y eso no implica unanimidad ni uniformidad. En 2022 tenemos que ser responsables y ponernos a discutir los acuerdos y cuáles son las cuestiones centrales que vamos a proponer a los argentinos para la posibilidad de una alternancia. Eso es lo central, no mirar para otro lado del déficit, el gasto público, ver de qué manera podemos parar la inflación y la escandalosa política de emisión monetaria.
—En el esquema de “halcones” y “palomas” que conviven en JxC, ¿qué rol juega la CC?
Nosotros en esa disputa no entramos. La CC y un liderazgo como el de Lilita tienen que ver con aportar lo que somos, la historia de conducta, coherencia y transparencia, junto con la importancia de lo institucional, el desarrollo de la prosperidad y la recuperación de confianza de un país.