Máximo Carlos Kirchner es el principal custodio de los negocios de la familia, y el hermetismo que lo envuelve lo convirtió en uno de los hombres más temibles en la mesa donde se toman las decisiones más importantes del Gobierno de su madre, la presidenta Cristina Fernández de Kirchner. Pero quienes lo conocen refutan esa teoría y se la adjudican a “mitos que crean los medios, apoyándose en el bajo perfil que a él siempre le gustó”.
Lo cierto es que en Río Gallegos el primogénito del matrimonio Kirchner prácticamente no tiene vida social. Sus vecinos del barrio APAP juran que lo ven cada vez menos en su casa de la esquina de Monte Aymond y Tres Lagos.
Allí vive junto con su novia, la odontóloga María Rocío García, hija de Héctor Marcelino “Chicho” García, ex gobernador interino de Santa Cruz en 1991 que no cultivaba buenas migas con Néstor Kirchner. “Sabemos cuándo están por los autos y la camioneta de la custodia. Pero no están casi nunca. Como no tienen cochera, uno se da cuenta”, comentó a PERFIL una de las vecinas.
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