Desde Santa Cruz
Cuando Néstor Kirchner decidió que era hora de lanzarse de lleno a una candidatura, en su primer acto político hubo presentes 45 vecinos que no militaban con él. Máximo Kirchner, en cambio, lo hizo con todo el aparato oficial a su favor, ante 45 mil militantes, en el estadio de Argentinos Juniors. Máximo arranca desde otro piso. Heredó no sólo el parecido físico del padre, sus gestos y hasta la manera de hablar, también su fortuna y una estructura consolidada. Sin embargo, en el último año y medio también intenta imitar la tradición política del ex presidente.
Al igual que Kirchner, Máximo cree en la construcción partidaria. Su última aparición en dos unidades básicas de Comandante Luis Piedrabuena y Puerto Santa Cruz, imitan la campaña a intendente de NK en 1987, pero a escala provincial y con repercusión nacional.
No es la primera vez que el hijo presidencial recorre el interior de Santa Cruz. El trabajo de base y territorial es un sello de su padre, que lo usó en las campañas políticas para la intendencia (1987), la gobernación (1991) y la presidencia (2003).
El día que NK decidió dedicar su vida a la actividad política, tenía 33 años. Por entonces, compartía el estudio jurídico de la calle 25 de Mayo de Río Gallegos con su socio, Domingo Ortiz de Zárate. De allí en más, delegó en éste la actividad privada para dedicarse de lleno a la política.
Algo similar sucede a los 38 años con Máximo. Si bien le será imposible delegar completamente la administración de los negocios familiares, sus allegados afirman que cada vez tienen mayor injerencia en estos asuntos sus socios de la inmobiliaria Sanfelice, Sancho y Asociados. Una decisión que, al igual que su padre, toma en pos de la actividad política.
Es tanto lo que imita de NK, que hasta vio con buenos ojos que su mujer empezara a incurrir en política. Máximo no le pondrá freno a Rocío García, hija del ex diputado y gobernador interino de Santa Cruz (1991), Héctor Marcelino “Chicho” García. Ella no sólo levantó el perfil, también ingresó al tándem familiar con futuro en un cargo electivo.
Pero no son pocos los que en Río Gallegos creen que la similitud entre Máximo y su padre tiene una poderosa influencia que va más allá de los genes. Su abuela, María Juana Ostoic, la misma que crió a NK, en muchas oportunidades se encargó del hijo varón del matrimonio Kirchner.
“A Máximo lo crio la abuela. Fue el nene de doña María Ostoic, lo mandaba a la escuela, le revisaba las tareas, lo vestía, le ponía los límites. Lo crio la misma persona que al padre”, indicó a PERFIL una antigua militante kirchnerista.
Otro rasgo similar que adquirió Máximo de NK es el pequeño grupo que lo rodea. El hijo presidencial habla en su inmobiliaria del centro de la capital santacruceña con dirigentes políticos, empresarios y referentes sociales, pero la decisión final la toma con un reducido grupo de colaboradores de su máxima confianza.