POLITICA
Historia

"Me voy, Renzi": la frase angustiosa que escuchó el mayordomo y las últimas horas de Perón antes del exilio

Desde el inicio de la sublevación pasaron cuatro días hasta que Perón dejó el poder y, para salvar su vida, se embarcó en la cañonera Paraguay.

Perón y festejos
Perón y festejos | CEDOC Perfil

Constantin Virgil Gheorghiu fue un escritor rumano que se hizo conocido por la novela La Hora 25 y por la película del mismo nombre, estrenada en 1967. Vivió entre 1916 y 1992 y fue un personaje con antecedentes antisemitas de los que terminó arrepintiéndose, al manifestarse avergonzado. Seis años después de su novela famosa y doce antes de la película que protagonizaron Anthony Quinn y Virna Lisi, estaba en la Argentina, preparando una biografía sobre Juan Domingo Perón.

Su estadía se dio en un momento inoportuno. El16 de septiembre de 1955 lo encontró en la residencia presidencial de Olivos, donde estaba alojado desde hacía unos meses. Ese día, el del inicio del fin, Raúl Mende, funcionario y coautor de algunos de los discursos de Perón, le dijo que todo estaba normal en la Argentina, “No es nada, Perón está más fuerte que nunca”, lo escuchó afirmar el escritor.

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Todo muy alejado de la realidad. Desde ese día pasaron apenas otros cuatro hasta que el Presidente concluyó que la la situación no daba para más. La carta que les había entregado a sus generales fieles había sido interpretada como una renuncia y ya no había retorno.

Quien sí sabía la que se venía era Pedro Ara, el médico español que había embalsamado el cuerpo de Evita. Desesperado por los temores sobre el destino del cadáver (que estaba en la CGT), el 19 lo fue a ver al Presidente. Tampoco fue el mejor momento. Perón no lo atendió.

En la mañana del 20 de septiembre, el intendente de la residencia oficial en la Recoleta, donde vivía Perón, conoció la decisión final del general: “Me voy, Renzi”.

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Atilio Renzi había sido secretario personal de Eva Perón y ahora estaba en la primera línea de confianza del Presidente. “Ya van dos noches que no duermo y no hay nada más que hacer”, le dijo Perón, y le habló de su temor de que los rebeldes bombardearan gasoductos y la destilería de Ensenada, como habían amenazado.

Virgil Gheorghiu y Pedro Ara
El escritor Constantin Virgil Gheorghiu y el médico Pedro Ara

Le pidió que le preparara un maletín chico con ropa, además de dinero: 2 millones de pesos y 70.000 dólares. Como sostén espiritual, cargó una figura de la Virgen de Luján y un retrato de Evita.

El empresario Jorge Antonio, allegado íntimo de Perón, contó que eran alrededor de las 6 cuando el general lo invitó a irse con él. Pero le dijo que no. Un rato después, uno de los asistentes llamó al ministro del Interior, Oscar Albrieu, quien escuchó el mensaje: "Salimos en este momento. Voy a acompañarlo". Cuando le confirmaron el destino, el funcionario entendió enseguida qué estaba pasando.

A las 8 de la mañana, el chofer presidencial Isaac Gilabarte llevó a Perón hasta la embajada de Paraguay., que funcionaba en Viamonte 1851, donde hay está el consulado. Perón había sido declarado general de ese país cuando, un año y un mes antes, había viajado para devolver las reliquias apropiadas por la Argentina en la guerra de la Triple Alianza. Por lo tanto, era el lugar más lógico para refugiarse.

Palació Unzué y consulado de Paraguay
La residencia presidencial en Recoleta (demolida) y el edificiio del actual consulado paraguayo, donde se refugió Perón.

Una historia real de 1955

Esa mañana llovía. El clima acompañaba las circunstancias. El Presidente llegó a la embajada junto al mayor Alfredo Renner, el mayor Ignacio Cialceta y el comisario Rugero Zambrino, jefe de la custodia. Juan R. Chaves, el embajador paraguayo, fue enseguida hasta el lugar y se encontró a Perón tomando mate en la cocina. Resolvió llevarlo a su residencia de Virrey Loreto 2474. Como en la calle empezaron a congregarse grupos de antiperonistas, entonces pensó que lo mejor para la seguridad del refugiado era trasladarlo a la cañonera Paraguay, un buque de guerra que estaba en reparaciones en el Dique A de Puerto Nuevo.

Salieron y a la entrada del puerto el Cadillac en el que iban se quedó en un charco de agua. El propio Perón, que estaba vestido con un impermeable claro, se bajó para pedirle ayuda a un asombrado chofer de ómnibus, quien arrastró el auto con una soga.

Formados en el dique, los marinos paraguayos esperaban al general, que embarcó en la cañonera. Recién la dejaría el 2 de octubre, cuando lo subieron a un avión militar anfibio que lo llevó a Asunción.

gheorghiu diario
Uno de los artículos de Gheorghiu después del golpe: llamaba "dictador" a Perón.

¿Y qué pasó con el rumano Gheorghiu? Quedó varios días atrapado por los sucesos, en la residencia que en aquellos años se usaba como lugar de descanso. El propio almirante golpista Isaac Rojas comentó tiempo después sobre su sorpresa de encontrarse al escritor en la quinta, donde, según dijo, también estaba alojada la cantante Nelly Omar.

El escritor y su esposa estuvieron una semana en Olivos sin saber qué hacer y terminaron instalándose en la casa de City Bell de Oreste Popescu, un connacional que era profesor de Economía en la Universidad de La Plata.

En los primero meses del gobierno de la autodenominada Revolución Libertadora, escribió cuatro artículos en Clarín, en los que llamaba "dictador" al hombre que lo había alojado y con quien había mantenido largas conversaciones. Las vueltas de la vida.

LT/ff