El secretario general de la CGT, Hugo Moyano, ratificó hoy que no renunciará a su cargo a pesar de la oposición interna, dejó abierta la posibilidad del debate y rechazó la posibilidad de una ruptura de la central obrera.
“De guapo, nadie me va a me venir a correr”, advirtió Moyano, quien reclamó al frente opositor liderado por el líder gastronóico Luis Barrionuevo que, de rechazar la actual conducción, se plantee “en el lugar que corresponda”. Moyano, además, se preguntó “por qué no vinieron ayer” con relación al plenario de secretario generales que se celebró en la sede gremial.
El líder camionero también minimizó la actitud del titular de la Uocra-La Plata, Juan Pablo Pata Medina, que ayer llegó a la CGT reclamando su dimisión, al enfatizar que “no tiene sentido entrar en debate con personajes que no existen desde el punto de vista gremial”.
Moyano recibió ayer el respaldo de un centenar de sindicatos que abogaron porque continúe al frente de la CGT, aunque continúa la presión interna frente a los violentos incidentes que se produjeron durante el traslado de los restos del general Juan Domingo Perón a San Vicente, el pasado 17 de octubre.
“Nadie va a renunciar. No tengo interés en aferrarme a nada, pero nadie me va a correr con la vaina, nadie me va a arriar con el pañuelo. De guapo, nadie me va a venir a correr”, advirtió el líder esta mañana, en declaraciones a Radio del Plata.
De cualquier forma, Moyano dijo que el malestar de un sector contra su gestión “tiene que ser discutido en el Consejo (Directivo), pero tampoco puede estar la CGT otros quince años divididos” como ocurrió en la década del noventa.
“Estamos con toda la tranquilidad de dar el debate cualquiera sea el resultado, lo que pasa es que algunos pareciera que tienen miedo de debatir, que se dé el debate del 89 por eso en algunos casos no vinieron al plenario”, aseguró Moyano.
Con respecto a los incidentes de San Vicente, Moyano reconoció que fueron “lamentables” y también los calificó como “graves” y “desgraciados”. De todas formas, reiteró que “eso estaba preparado por alguien con alguna intención de perjudicar a la CGT, al Gobierno y a quien les habla”. También rechazó que pueda ser responsabilizado por los episodios, al sostener que “es como cuando un barrabrava hace algún desmán en la cancha y se tenga que ir el presidente del club”, y dijo que no sintió que el Gobierno le “haya soltado o no la mano”.
Moyano consideró que “siempre hay oportunismo de algunos irresponsables que ante la falta de protagonismo se montan en estos hechos desgraciados”, pero sostuvo que la organización del acto de San Vicente fue hecho “con todo el corazón”.
Reconoció, no obstante, que “no previmos que algunos descerebrados fueran a actuar de la forma que actuaron” y resaltó que Emilio Quiroz –el chofer de su hijo Pablo que fue captado por las imágenes de televisión disparando con un arma de fuego–, ya está en manos de la Justicia. De cualquier forma, el gremialista sostuvo que “si hubiera tirado a la gente, cuántos muertos podía haber habido” y consideró que ello demuestra que “no tuvo intención” de lastimar a nadie.
Finalmente, el titular de la CGT pidió que los responsables de los incidentes “paguen” por sus actos pero también se quejó porque hubo detenciones de personas que “no tuvieron nada que ver” con el asunto.
