El de hoy es uno de los domingos más calientes de todos los domingos calientes que le tocaron al presidente Macri desde que llegó al poder.
Los funcionarios van y vienen por la residencia de Olivos esperando que la decena de negociaciones en marcha para definir los casilleros del nuevo gabinete nacional concluyan con éxito. Faltan pocas horas para que se anuncien nuevas medidas financieras y, también, una reducción en la estructura de ministerios, y todavía hay respuestas que no terminan de llegar.
Si bien las fuentes oficiales no hablan de ofrecimientos, al menos hubo tanteos o charlas informales con Alfonso Prat-Gay y Carlos Melconian. El primero para Cancillería. El segundo para un regenerado Ministerio de Economía. A media tarde del domingo, en la residencia presidencial se daba por cerrada la alternativa Melconian y aún abierta la de Prat-Gay. Ambos habrían planteado como necesidad un paso al costado del jefe de Gabinete, Marcos Peña. En el caso del economista ortodoxo, también el control indirecto del Banco Central.
Retenciones masivas y cambios en impuestos, el plan posdevaluación
Cerca del presidente están molestos porque creen que fueron los dos candidatos los que se encargaron de hacer circular versiones en las últimas horas sobre su llegada al Gobierno, a partir de esas charlas informales que se mencionaba.
Eso, más el pedido de apartamiento de Peña, es lo que puso de mal humor a Macri y llevarlo a evaluar de desistir de ambos ofrecimientos. Aunque en el caso de Prat Gay, aún existen un par de intermediarios que intentan acercar posiciones para promoverlo a la Cancillería.
No deja de llamar la atención que el Presidente haya pensado en los dos hombres, después de que vienen haciendo públicas sus críticas a la actual gestión económica. En el caso de Melconian, lo hizo desde el principio y siempre fue muy duro. En cuanto a Prat Gay, a sus críticas económicas sumó en las últimas semanas sus dardos contra el actual canciller, Jorge Faurie.
En Cambiemos, Marcos Peña es el principal señalado por la crisis
No parecería una señal de fortaleza reemplazar a los criticados por sus críticos.
Lo que sí se da por hecho en Olivos, es el adiós a los vicejefes de gabinete, Mario Quintana y Gustavo Lopetegui. Una movida que Marcos Peña se atribuye como propia y a la que Macri se opuso hasta esta semana. Se relaciona con el achique del número de ministros y para generar reuniones de coordinación que sean más reducidas y ejecutivas, presididas por el propio Presidente y su jefe de Gabinete.
Pero todo está en movimiento y en lógica tensión. Mientras tanto, los funcionarios se resignan a una jornada de trabajo sin límite de tiempo y a seguir desde Olivos el resultado de Boca-Vélez.
