El titular de la petrolera YPF, Pablo González, descartó que la vicepresidenta, Cristina Kirchner, lo impulse como precandidato presidencial para las próximas elecciones, al afirmar que no es "el tapado" del kirchnerismo de cara a las PASO.
En medio de las especulaciones que sobrevuelan el Frente de Todos en la carrera hacia las elecciones Primarias, Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO) del próximo 13 de agosto, el nombre del ex vicegobernador de Santa Cruz tomó dimensión pública luego de que circulara la versión de que sería el dirigente que impulsaría la ex mandataria para competir por el Sillón de Rivadavia.
Sin embargo, el propio patagónico negó que le hayan ofrecido ser precandidato presidencial y desestimó la posibilidad de competir por la Casa Rosada.
"No es cierto eso, nadie habló conmigo, nadie ni siquiera me lo sugirió", sostuvo el funcionario nacional.
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Y, en declaraciones al diario La Nación, agregó: "La política la hago en mi provincia. No hay nada de eso ni lo va a haber. Soy una persona que trabajó políticamente en mi provincia, lamentablemente poco últimamente".
Para dejar bien en claro su postura, González remarcó: "Yo no soy el tapado".
Asimismo, al ser consultado sobre la posibilidad de competir por la Gobernación santacruceña, el presidente de YPF respondió: "No, no sé, tampoco. Tengo una responsabilidad muy grande. Mi aporte a todo lo que está pasando es hacer mejor el trabajo en YPF. Falta tiempo para resolver calendarios electorales en las provincias, así que no sé".
YPF evitó un juicio multimillonario en su contra
YPF oficializó un acuerdo con el fideicomiso de liquidación Maxus a través del cual se desestimarán todas las acciones judiciales iniciadas contra esa petrolera y Repsol, además de otorgar la absolución total de los reclamos que presentó ese fideicomiso por hasta US$14.000 millones.
La compañía recordó que en 1995, ya privatizada y bajo la conducción de José Estenssoro, desplegó una estrategia de expansión internacional y adquirió Maxus, una empresa norteamericana de petróleo y gas.
Años antes, en 1986, Maxus había vendido su negocio de químicos a Occidental Chemical Corporation y aceptado indemnizar a esa empresa por los pasivos ambientales derivados de sus operaciones.
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Posteriormente, en 2005, el Estado de Nueva Jersey (de Estados Unidos) demandó a Occidental y Maxus -añadiendo más tarde a YPF y Repsol- por la contaminación del Río Passaic (a 10 kilómetros de la ciudad de Nueva York) con residuos químicos.
En consecuencia, Occidental hizo valer su indemnidad y Maxus, la empresa que había adquirido YPF en 1995, honró sus obligaciones hasta que el 17 de junio de 2016 tomó la decisión de presentarse en concurso y posteriormente se decretó su quiebra.
En junio de 2018, el fideicomiso de liquidación de Maxus demandó a YPF y Repsol y subsidiarias por un monto de hasta US$14.000 millones ante el Tribunal de Quiebras del Distrito de Delaware, alegando que Maxus tuvo la intención de "obstaculizar, retrasar, o defraudar a sus acreedores", de acuerdo con un comunicado distribuido por YPF.
Tras años de litigio y negociaciones, YPF y Repsol llegaron a un acuerdo de conciliación bajo el cual aquel fideicomiso desistiría de los reclamos (actuales y futuros) contra ambas petroleras.
A cambio, YPF y Repsol se comprometieron a pagar al fideicomiso US$ 287,5 millones cada una, por un total de US$ 575 millones, sin que ambas admitan responsabilidad alguna.
Este acuerdo, que está sujeto a aprobación judicial, procura resolver una disputa que ha estado en curso durante casi 20 años.
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