Pablo Schoklender aseguró ayer que el juez federal Norberto Oyarbide, a cargo de la investigación por el presunto desvío de fondos públicos de la Fundación Madres de Plaza de Mayo, "ha perdido por completo su imparcialidad".
A través de un comunicado difundido anoche, Schocklender acusó a la querella de Madres por "manipular pruebas, inventar testigos y esconder información". El menor de los hermanos, detenido durante dos meses junto al contador Alejandro Gotkin y Sergio Schoklender, había pedido por la mañana la nulidad de gran parte de la causa en la que está imputado.
Oyarbide trabaja por estos días en la situación procesal de los hermanos Schoklender, Gotkin y los 80 imputados, entre ellos Alejandra Bonafini, hija de la titular de Madres de Plaza de Mayo, Hebe de Bonafini.
"¿Alguien puede creer que la señora (por Hebe) que hace un mes se plantó frente a la Corte Suprema de Justicia, reivindicando su derecho -y su capacidad- de presionarla, era ajena a las decisiones que se tomaban en la fundación que ella presidía? Si puede presionar a la Corte, parece claro que puede presionar a un juez de primera instancia, al que insólitamente, y solo mientras cumpla sus deseos, reivindica en público", denunció Pablo Schoklender.
“Sin margen para las dudas, el juez ha perdido por completo su imparcialidad, y lejos de instruir una causa del modo indicado por la ley procesal, únicamente esta juntando aquellas pruebas que fuera de todo contexto, permiten sostener la posición de la querella".
Al mismo tiempo, sostiene que "siempre me he mantenido en silencio, confiando en que los expedientes se resuelven en la justicia, y que los jueces hablan por sus fallos" pero "esta causa me ha hecho perder esa convicción".