Después de estar ocho años al frente de la Unidad de Asistencia para causas por Violaciones a los Derechos Humanos durante el terrorismo de Estado de la Procuración General de la Nación, el fiscal Félix Crous no se cansa de desentrañar lo peor de esa página negra de la historia de nuestro país. “Todavía hay mucho por revelar y no sabemos cuánto”, reflexiona durante una entrevista con PERFIL. Lo dice con el tono de quien tiene una deuda pendiente. Desde hace dos meses fue designado al frente de la Procuraduría Adjunta en Narcocriminalidad, pero Crous sigue en busca de la verdad completa.
—¿Falta mucho para cerrar esa parte de la historia?
—Creo que sí. Es un proceso que está consolidado. Las cifras lo demuestran, uno puede medir cómo ha sido la evolución de los juicios. Viendo todo desde la perspectiva que había en un principio, puedo decir que es satisfactorio. Lo que no creo es que se pueda pronosticar un final para esto porque todavía hay mucho por revelar y no sabemos cuánto. Concretamente, creo que hay un capítulo de la represión del que muy poco se sabe y es el que protagonizan personajes poco visibles, me refiero a todo el sistema de Inteligencia.
—¿El capítulo que falta es el de la participación de civiles?
—Sin duda, ese es un asunto. De alguna manera, cuando decimos civiles estamos diciendo muchas cosas. Una, que es lo primero que se piensa, son los funcionarios, los empresarios o los curas, ese es un asunto. El otro tiene que ver con aquellas personas que participaron del aparato represivo, como el personal civil de Inteligencia, interrogadores. Creo que ya tenemos elementos suficientes para trazar una hipótesis clara: no todos los torturadores y no todos los espías eran militares. No estoy pensando en delatores, sino del sistema de Inteligencia. Es muy poco lo que sabemos y creo que es un nuevo momento en las investigaciones.
—El Gobierno entregó el listado del personal de Inteligencia de las Fuerzas Armadas. ¿Qué faltaría desclasificar?
—Se desclasificó una gran cantidad de documentos, eso fue un avance. Pero tengamos en cuenta que la mayoría de esas listas era del personal civil de Inteligencia, y que eso es lo que nos quisieron dar. Además, recordemos que al final de la dictadura se destruyó cantidad enorme de documentación. No tenemos por qué pensar que toda la estructura que intervino en la represión es la que figura en esos documentos.
—¿El Poder Judicial es otro capítulo?
—El Poder Judicial es un capítulo que está comenzando a transitarse. En cada lugar del país hubo una Justicia que fue cómplice y que fue funcional, inclusive desde antes del propio golpe. Hubo un sistema judicial que fue funcional y después la Justicia de la dictadura, que fue una parodia.
—¿Qué faltaría mejorar para el avance de las causas?
—Es una perspectiva mía, creo que habría que reforzar no sólo lo de los juicios, sino la investigación. Un proceso que tienda a profundizar realmente requiere ciertas normativas y herramientas materiales que refuercen la investigación. Yo creo que en la Argentina debería haber, como lo hay en Alemania, un programa permanente de investigación, que la propia historia le ponga fin.