La presidenta Cristina Fernández de Kirchner decidió tomarse un viernes sabático, sin encuentros en su agenda, y tras la reunión con el cardenal Bergoglio -en la que prometió ir a misa- viajó rumbo al El Calafate, Santa Cruz, donde descansará el fin de semana, a salvo del calor infernal que azota Buenos Aires.
Cristina partió del aeroparque metropolitano Jorge Nebwery a las 17 y pasará un "fin de semana largo" en su residencia de la localidad cercana al Glaciar Perito Moreno, después de una semana de intenso trabajo en la que se anunció un paquete anticrisis que plantea el blanqueo de capitales, un ambicioso plan de obra pública y la creación, ya concretada, del ministerio de la Producción, a cargo de Débora Giorgi.
El intenso calor, que agobia no sólo a Buenos Aires sino también a otras localidades del país, obligó a Cristina a suspender su viaje de ayer a Santiago del Estero, donde iba a ir a apoyar al gobernador radical K Gerardo Zamora, quien el domingo va por su reelección. Hoy, debido al intenso calor, Cristina también prefirió sólo trabajar en la Casa Rosada y obvió viajar al conurbano para inaugura obras.
Ahora, la mandataria decidió alejarse del calor, cuya sensación térmica hoy llegó a los 40,1º, y viaja a la Patagonia, donde mañana, según el servicio meteorológico nacional, la temperatura máxima será de 14º y la mínima de 7º, con probable lluvias, aunque mejorando hacia el sábado y domingo, cuando la máxima será de alrededor de 20º.
