Se sentó al fondo. No paró de anotar, mientras escuchaba atentamente las distintas alocuciones. La última reunión de gabinete nacional, en el primer piso de la Casa Rosada, tuvo un invitado especial: por primera vez se sumó el filósofo Alejandro Rozitchner.
Su desembarco responde a un pedido especial del presidente Mauricio Macri con el fin de que genere una “mirada” sobre los problemas de coyuntura e intentar volver a rearmar el discurso M, hoy machacado entre los vaivenes económicos y la agenda de la corrupción que animó la causa de los cuadernos.
“Vino a escuchar y llevarse algunos conceptos para desarrollar, como parte de su trabajo, lo distinto fue que el Presidente le haya dado un lugar en la mesa del gabinete”, confió una fuente oficial. “Desde lo discursivo, ayuda a pensar ideas que después se toman como usina, Mauricio le pidió que analice los ejes que se hablaron en la reunión”, agregó.
Aunque regularmente suele trabajar con el jefe de Gabinete, Marcos Peña, el filósofo también tiene trato directo con el presidente Macri. En la reunión del jueves por la mañana se sentó al lado de los “ojos y
la inteligencia” de Macri, los vicejefes de Gabinete, Gustavo Lopetegui (con bufanda) y Mario Quintana, en un costado de la cabecera.
Antecedentes. Histórico asesor macrista, comenzó a trabajar con el entonces jefe de Gobierno porteño y con el entonces secretario general, Marcos Peña. Incluso abrió un blog, allá por 2008, para contar las vicisitudes del Gobierno porteño con videos incluidos. Se llamaba Aire y Luz, y tenía la impronta de Peña y su equipo.
En una breve, y muy escueta, conversación telefónica con PERFIL, Rozitchner admitió que fue un pedido del propio Macri que se sume a los encuentros con ministros. “Pero no puedo decir nada, son cosas nuestras”, se limitó a responder. Consultado sobre si su silencio era por un pedido explícito de la Casa Rosada, respondió: “No,
no me retan”. Rápidamente cortó el teléfono con una lánguida voz.
Otra sorpresa para el gabinete. Además de Rozitchner hubo otro invitado especial en esa mañana: el ex ministro de Producción Francisco “Pancho” Cabrera, quien consiguió un despacho a metros del que ocupa el secretario General de la Presidencia, Fernando de Andreis. El ahora titular del Banco de Inversión y Comercio Exterior (BICE) se sentó entre De Andreis y Pablo Clusellas, el secretario Legal y Técnico. “Pancho”, eyectado tras las feroces críticas de sus pares del gabinete pero especialmente de María Eugenia Vidal y Horacio Rodríguez Larreta, sigue circulando por Balcarce 50 como “asesor presidencial” aunque su voz ya no tiene el peso que supo tener como ministro. Acaso ahora tenga más tiempo para los partidos de polo y
los viajes relámpago a Punta del Este.
