Con el objetivo de imprimirle un nuevo impulso a su gestión, alicaída tras el escándalo del espionaje y los conflictos que se generaron a partir de las flamígeras declaraciones del nuevo ministro de Educación porteño, Abel Posse, el jefe de Gobierno porteño, Mauricio Macri, reunió ayer a su gabinete y a las segundas líneas de su gobierno en una jornada recreativa, que sirvió para hacer un balance de los dos primeros años de gestión.
Allí, el líder de PRO les pidió a sus ministros que “no subestimen” los conflictos políticos y que tengan una mirada más estratégica de la gestión. En esta línea, la diputada nacional Gabriela Michetti afirmó a PERFIL que “es preferible no dar algunas batallas para poder dar otras, quizás, más importantes”.
Por eso, en el encuentro, que se desarrolló a puertas cerradas en el salón del Club Sirio Libanés, varios funcionarios cuestionaron no haber podido encontrar “una salida política” en el caso del espionaje. “No hubo fusibles”, lamentó uno de los flamantes ministros. Por otra parte, para hacer más eficiente la gestión, Macri anunció que a partir del lunes próximo sólo asistirán a las reuniones de gabinete los ministros y el secretario general del Gobierno porteño, Marcos Peña. “Que haya menos funcionarios nos va a permitir cerrar más temas”, explicó una fuente de PRO.