El fiscal federal Alberto Nisman “se la pasaba hablando del futuro” en los días previos a aparecer con un disparo en la cabeza. “No creo que se haya querido quitar la vida”, aseguró Gladys Gallardo, la empleada doméstica que desde 2013 trabajaba en el domicilio del letrado.
En declaraciones a Telefé Noticias, la mujer dijo que el último día que tuvo contacto con Nisman fue el jueves 12 de enero. “Estuve todo el día con él porque no salió, me preguntó si había visto el revuelo que se armó por su denuncia, lo noté bien”, contó.
Consultada por la nota con las compras que apareció en su departamento, la mucama sostuvo que fue ella quien las indicaciones al fiscal. “Él me comentó que le habían dicho que estaba muy flaco, y me preguntó si me animaba a cocinarle, ahí fue cuando hice la famosa lista”, explicó. “El viernes me llamó temprano y que iba a comprar las cosas”, continuó.
Sobre la polémica que se desató por las vacaciones interrumpidas de Nisman, Gallardo contó que el fallecido fiscal le había informado que "venía por asuntos de trabajo pero después se iba otra vez". "Él me escribió que venía el lunes 12, que estuviera al mediodía en el departamento y que se iría el viernes 16", afirmó.
Por último, la empleada doméstica contó que el letrado mantenía una relación “distante” con su custodia. "Él una vez me dijo que no confiaba en nadie", sostuvo. "Yo en lo personal, no creo que se haya querido quitar la vida. Una persona que se cuida tanto, que hablaba siempre del futuro, enamoradísimo de sus hijas... yo no creo", remató.