Poco movimiento se registraba en la ciudad de Buenos Aires y las urbes del interior debido al paro convocado por la CGT opositora al que se le unieron varias centrales obreras.
El transporte no funciona y en las calles de la ciudad se aprecian numerosos autos particulares, en general con más de un ocupante. Algunos taxis, aunque los choferes estiman que cuando se les termine el combustible van a tener que dejar de trabajar. El estacionamiento fue liberado por el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires.
En los accesos a la capital se mantienen algunos cortes en puntos claves tales como Hendy Ford y Panamericana, General Paz y Avenida de los Constituyentes, Puente Pueyrredón, Avenida Madero y Tucumán, Callao y Corrientes, Ramal Tigre, Merlo, Estación Castelar y Acceso Oeste.
En el interior se realizarán bloqueos en varios puntos tales como Rosario, Jujuy, Cipoletti, Córdoba y Mendoza.
Los cortes fueron repudiados por la CGT opositora, organizadora principal del paro, ya que la idea de Hugo Moyano era "un paro clásico" y que no apoyaba bloqueos de ningún tipo.
El gobierno nacional expresó en la voz de Jorge Milton Capitanich que se trata de "un gran piquete nacional".