La tormenta no alteró los planes. En Cambiemos mantienen la expectativa de ganar por lo menos unas nueve provincias en las elecciones del año próximo, y para eso siguen trabajando en la mesa política de la alianza gobernante. El característico optimismo, poco a poco, parece volver a ganar terreno entre sus miembros.
Mientras encuestadores y políticos coinciden en que la imagen del gobierno de Mauricio Macri está en su punto más bajo, que la visión de la mayoría tiene del presente es mala, y que las expectativas a futuro no mejoran, los dirigentes oficialistas siguen confiando en sus posibilidades en las próximas elecciones. No solo de la reelección presidencial, sino de sumar más gobernaciones.
"Tenemos que hablarle a la clase media desde lo nacional y también desde lo local", explica uno de los armadores políticos de Cambiemos, reconociendo la merma de apoyos en ese sector social. Asegura que el oficialismo tiene entre un 30% y un 40% de apoyos difíciles de permear, que les da un piso considerable para encarar el escenario electoral. Y confía, como no podía ser menos, en que la figura de Cristina Kirchner (sea candidata o no) ayudará a mantener el discurso de pasado y futuro. "En las provincias también hay gestiones locales con las que discutir, y no hay deseo de la gente de volver al pasado", asevera.
"Reconocemos que el momento es más difícil, sí, pero confiamos en que diciembre y enero van a estar más tranquilos para así encarar mejor 2019", señala otro dirigente del oficialismo. "No solo desde lo electoral, también desde la macroeconomía", aclara.
Es que una cosa, indefectiblemente, va a ir de la mano de la otra. Si la economía no levanta, todo el optimismo puede quedar en nada.
Mientras tanto, la semana próxima, con agosto ya en marcha, se volverá a reunir la mesa política para seguir con el armado. Tres ejes tienen en la mira: fortalecer Cambiemos (con las mesas tripartitas en cada distrito), analizar el calendario electoral (están convencidos de que muchos gobernadores adelantarán sus elecciones), y recién después elegir a los mejores candidatos en cada provincia.
La prioridad va a estar puesta en la región Centro: Córdoba, Santa Fe y Entre Ríos son las provincias que Cambiemos quiere sumar al listado. No solo son las de más peso (aparte de Capital, Buenos Aires y Mendoza, ya oficialistas), sino en las que mejor le fue en las últimas elecciones. Córdoba y Santa Fe tienen elecciones separadas de la nacional, y Entre Ríos se encamina a seguir los mismos pasos. En Córdoba y Entre Ríos tendrá un duro enfrentamiento con el peronismo gobernante y en Santa Fe se repetirá la pelea de tercios en la que también se suma el socialismo. El debate por el freno a la baja de las retenciones, en este sentido, tendrá un impacto importante en toda esta zona.
Mientras diseñan el timbreo del sábado próximo, en Cambiemos reconocen que hay provincias en las que ya no tienen muchas expectativas de ganar, pero no por la coyuntura económica sino por cuestiones locales. Citan los casos de Chaco y San Luis. Ponen en duda La Pampa, donde hubo un virtual empate en 2017. En cambio, sí mantienen la expectativa en Santa Cruz, Chubut, Neuquén, La Rioja y Salta.
Por más que muchos recuperaron el optimismo, en el oficialismo reconocen la necesidad de ser "más cautelosos". "Lo del segundo semestre dejó un aprendizaje", aseguran, en referencia al anticipo de crecimiento que daban en 2016. ¿Puede ser una estrategia que se mantenga la idea de una crisis para después mostrar que se superó? "No es una estrategia, pero siempre nos sentimos cómodos siendo subestimados por el círculo rojo".