La presencia de las mujeres en el Poder Judicial no ha cambiado en los últimos 20 años. Y si bien son más de la mitad de todo el sistema, sólo un 25% de ellas llegan a ocupar cargos altos, en una muestra más de que el techo de cristal es algo que puede que a simple vista no se vea, pero existe.
Así surge de un estudio publicado en los últimos días por Fundar. Johanna Cristallo fue la encargada de estudiar los procesos de selección de jueces y juezas entre 1999 y 2018, y llegó a una conclusión: 54% del sistema judicial está conformado por mujeres mientras que los varones son el 46%.
Pero ese número de base se modifica a medida que la pirámide llega a la cúspide: apenas un 31% de la Magistratura está formado por mujeres mientras que 69% son hombres. Las Cámaras, escalafón más alto del Poder Judicial a la par de los integrantes de la Corte Suprema, están conformadas en un 75% por varones mientras que sólo un 25% son mujeres.
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"A simple vista, el proceso de selección es neutral y meritocrático, pero si hacemos zoom vamos a encontrar que el camino es diferente para varones y mujeres. (...) Si bien el proceso de selección de magistrados y magistradas se presenta como un proceso neutral y meritocrático, sus características tienen un impacto diferencial en mujeres y varones", sostiene el informe.
El informe sostiene que los concursos para ocupar cargos judiciales tienen una baja inscripción de mujeres. Hay tres dimensiones: falta de perspectiva de género en las normas, la conciliación entre la vida familiar y la profesional y la autoexigencia a la hora de presentarse a un concurso.
"Los concursos fueron diseñados con la experiencia masculina en mente y son ciegos a las situaciones que enfrentan las mujeres. Sobrevaloran aspectos como la producción jurídica, escribir libros o artículos, o acceder a cursos de capacitación y especialización, por sobre la idoneidad y la capacidad en la resoluciones judiciales", reza el estudio.
Qué hacer con el "techo de cristal" en la Justicia
En su parte concluyente, el estudio publicado en fund.ar presenta seis puntos centrales a la hora de modificar la situación que enfrentan las mujeres que pretenden acceder a cargos más altos dentro del sistema.
En primer lugar sostiene que son necesarias modificaciones reglamentarias a partir de las distintas barreras que enfrentan.
A su vez, considera necesario que a medida que haya vacantes se establezca un cupo de género "que garantice la equiparación en la integración de las cámaras entre varones y mujeres", lo que generará, siempre según el informe, mayor inscripción de mujeres a los concursos.
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Para la autora también es necesario "dar mayor peso relativo en el puntaje final" a los exámenes de oposición que a los antecedentes. "Está constatado que las personas jóvenes y las mujeres rinden, en promedio, mejores exámenes", dice el estudio.
Para el estudio son clave las campañas de comunicación para que las mujeres se inscriban a los concursos al igual que el diseño de políticas presupuestarias con perspectiva de género y la generación de evidencia "empírica, constante y actualizada para monitorear los datos y "evaluar si se modifican o no con el tiempo los números de mujeres inscriptas en concursos".
AS / ED
