Cambiemos tiene una fórmula. Si la economía no funciona, agitar el fantasma de Cristina Kirchner es una alternativa para desviar la atención. La receta funcionó los dos primeros años de gestión, sobre todo cuando los números estaban en rojo.
El oficialismo no quería volver a apelar a ese juego hasta 2019, o al menos hasta que termine el Mundial. Pero los tiempos se aceleraron tras la nueva devaluación, el regreso al FMI, la elevada inflación y un Congreso que promete ser cada día más opositor. Por eso el Presidente inauguró la estrategia el lunes cuando "pidió" al PJ que "demuestre que existe un peronismo responsable y confiable que no se deja conducir por las locuras que impulsa Cristina Fernández de Kirchner".
Esta mañana, el jefe de gabinete Marcos Peña fue más preciso y habló públicamente de la elección del próximo año. "Si van a elegir el rumbo de hacer campaña electoral con más kirchnerismo se van a equivocar". "Vamos a ganar en el 2019", sentenció.
Convencido de que el peronismo aprobó la ley de tarifas para demostrar poder, Macri se mostró fastidiado en Salta: "¿Para que lo hicieron? ¿Querían hacer una demostración de poder el peronismo? Ya sabemos que tienen la mayoría en ambas Cámaras", dijo en conferencia de prensa.
La idea del oficialismo es arrinconar a todas las ramas del PJ ante la opinión pública como si cada paso que dan se tratara de un acto más de marionetas conducidas por la expresidenta. Necesitan al Justicialismo dividido. Y luego, polarización al máximo. Ellos o nosotros. Peronismo - antiperonismo, capítulo mil.