El gobernador pampeano, Oscar Jorge, estaba por inaugurar una “ciudad judicial” y planeaba un acto con la presencia de la Presidenta. Como era costumbre, también invitó al obispo de la provincia, quien solía asistir a las inauguraciones. Pero se llevó una sorpresa cuando escuchó la respuesta: “No voy a ir porque es un acto partidario”. Pero el asombro fue mayor cuando el sacerdote sí concurrió a un segundo evento, esa vez organizado por la Justicia provincial y sin la presencia de Cristina Fernández.
El religioso de esta historia es Mario Aurelio Poli, nuevo arzobispo de Buenos Aires, quien asegura a la prensa que es diferente de Bergoglio porque “yo soy pastor, no soy político”. Sin embargo, su paso como obispo de La Pampa parece mostrar algo distinto: interpelaba a los poderes locales en sus homilías, exigió la aprobación de determinadas leyes, reclamó que no se retire la imagen de una Virgen de un Concejo Deliberante y hasta esquivó a la jefa de Estado en eventos oficiales.
La recordada gambeta a la Presidenta la realizó en diciembre de 2009. El viernes 18 de ese mes, Cristina encabezó un multitudinario acto de apertura del Centro Judicial de Santa Rosa, que se llevó a cabo en el Coliseo Celeste del Club Estudiantes. También estuvieron presentes el ministro de Justicia, Julio Alak, el gobernador Jorge e intendentes de toda la provincia. CFK brindó un discurso sobre la “unidad nacional”, la “generación de trabajo” y el “rol de los jueces”.
Poli no estuvo ahí para escucharla. Además de su argumento sobre un “acto partidario”, aseguró que justo ese día debía bendecir un edificio que, lamentablemente, se encontraba lejos del lugar del acto. Lo cierto es que en aquel momento, el entonces jefe del Episcopado, Jorge Bergoglio –quien ahora lo eligió como arzobispo porteño- estaba enfrentado con la Casa Rosada. En cambio, sí decidió asistir a una ceremonia similar, convocada por el Tribunal Superior de Justicia local, en la cual incluso habló sobre la importancia de la independencia de los poderes.
Aquella anécdota no fue su única señal política. Apenas asumió como obispo pampeano en el año 2008, en sus homilías comenzó a realizar reclamos a las autoridades. Su antecesor, Fidel Brédice, jamás lo había hecho. Pero en su primer Tedeum por el 25 de Mayo, Poli exigió “la pronta sanción de una ley de educación capaz de incluir a todos los sectores”.
La buena relación del peronismo local con la Iglesia le abrió el juego para opinar, siempre con un estilo diplomático. Esa relación fluida con el poder provincial le permitió, en el año 2009, protestar porque el Concejo Deliberante de Santa Rosa había decidido quitar una imagen de la Virgen del Luján. La insistencia de Poli fue tan intensa, que al final el intendente decidió volver a colocar la figura en otro lugar del mismo edificio.