Por los altos índices de inflación y la pérdida del poder adquisitivo, algunos almacenes están vendiendo alimentos sueltos o fraccionando la mercadería.
“Todo lo que se pueda fraccionar se fracciona, la venta de huevos es por unidad, e incluso saquitos de café o de té que vienen en sobres individuales se venden sueltos”, le comentó a PERFIL Vanesa Ruiz, gerente del Centro de Almaceneros de Córdoba.
La situación se extiende a varias provincias del país. “No solamente disminuyó la venta, estamos fraccionando”, aseguró por su parte Héctor González Pavan, tesorero de la Confederación General de Almaceneros (CGA). “El paquete de azúcar lo estamos dividiendo en dos paquetes de medio kilo”. Los consumidores “ya no llevan media docena de huevos, te piden si podés venderles dos unidades”.
El sector de los almaceneros fue duramente golpeado por la realidad económica. Por el incremento de los precios y el acceso a productos incluidos en el programa Precios Justos, los consumidores compran más en supermercados que en negocios de cercanía.
Según un relevamiento de consultoras privadas, las ventas en autoservicios y pequeños comercios bajaron un promedio de 7,6% en marzo, una tendencia que se aceleró en abril.
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Si bien los almaceneros coinciden en que no hay desabastecimiento, sí advierten que existen “cuotas” para poder comprar y actualizaciones de precios cada vez más frecuentes. “Hemos recibido incrementos cada 24 horas”, comentó Ruiz. Aseguró también que, según el relevamiento del Centro de Almaceneros, las principales subas en el último mes fueron en productos básicos como arroz (42%), azúcar (33,5%), aceite (27%), fideos (26%), harina (22,3%) y lácteos (entre un 18 y un 20%).
“Recibimos mensajes de nuestros distribuidores y proveedores diciendo que no nos podían respetar los precios, que los precios son día por día”, aseguró por su parte Ángel Soria, presidente de la Cámara de Almaceneros de San Luis. A eso se le suman las limitaciones en las compras en yerba, azúcar, aceite y harina, y la suba de los alquileres, que tendrán un gran impacto en mayo.
El comerciante afirmó también que son los que “hacen la diaria” los que compran en los negocios de cercanía “porque para ir a un supermercado tenés que tener 70 u 80 mil pesos en el bolsillo”. Según las consultoras privadas, la caída en las ventas en pequeños comercios se explica precisamente por el deterioro del poder adquisitivo de los sectores con menores ingresos, que se ven obligados a comprar con el dinero que tienen disponible en el día.
“La gente me pide 30 gramos de queso y huevos por unidad”, agregó a PERFIL Pamela Solivellas, dueña de una fiambrería.
Lucas Martínez tiene un almacén en el que, aseguró, por ahora no se vende por peso. “Lo que se fracciona es la plata”, comentó. “Te piden 100 pesos de pan, 100 pesos de queso”. En verdulerías “pocos compran por kilo, lo hacen por unidad”, agregó Ruiz. “Una banana, una manzana, si es que hay un pequeño en la familia”.
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La CGA repudió a través de un comunicado los dichos del secretario de Comercio, Matías Tombolini, quien aseguró que son estos pequeños emprendimientos los que incrementan los índices de inflación. En cambio, los dueños de estos comercios argumentan que programas como Precios Justos no solamente los perjudican a ellos, sino también a los consumidores en general. “Creemos que esas políticas son totalmente erróneas”, continuó Soria, “ya que la mayoría de los consumidores se nutren de los almacenes de barrio”.
En parte por la falta de acceso a Precios Justos, la brecha de precios entre los autoservicios y las grandes cadenas es del 22%, cuando históricamente fue del 10%.
En este sentido, los comerciantes aseguran que existe una gran diferencia en cuanto al stock y a los precios a los que ellos acceden en relación a las grandes empresas. “Nosotros trabajamos sobre lo concreto”, aseguró a PERFIL Adrián Morales, presidente de la CGA. “Versiones siempre hay muchas, pero nosotros siempre tratamos de ser competitivos”.
Para Morales, las ventas también tuvieron una caída porque los consumidores se organizan para ir a los mayoristas a comprar por bulto cerrado y dividirse la mercadería. “En estos momentos en los que el poder adquisitivo cae tanto la gente también tiene derecho a buscar una salida”.
Ruiz advirtió también, que, entre otras salidas, notan un aumento en las ventas con tarjeta de crédito. “Hoy se utiliza para financiar los alimentos”, concluyó.