Es la primera vez en siete semanas que el dólar blue no marca un nuevo récord nominal. Sin embargo, se consolida en un piso de $ 700.
La divisa norteamericana paralela cerró la semana a $ 730, lo que implicó una suba de $ 10 en la semana. En las últimas dos semanas, tras la devaluación, luego de las PASO, aumentó casi $ 130 y a su vez, en lo que va del año acumula una suba de $ 384, es decir, de más del 100%, después de cerrar 2022 en $ 346.
En tanto, en el segmento bursátil en la Bolsa porteña, los tipos de cambio financieros cerraron al alza. El CCL avanzó un 1%, a $ 769,31; mientras que el MEP trepó un 0,2%, a $ 666,49.
En el mercado mayorista, la moneda estadounidense finalizó con una suba de cinco centavos respecto del cierre previo, en un promedio de $ 350,10, mientras que en la semana mostró un incremento acumulado de 15 centavos, una suba del 0,04%.
En tanto, el S&P Merval terminó ayer con una suba del 2,88%.
Por otro lado, las acciones argentinas que cotizan en Wall Street cotizan de manera dispar. Se destacaron Globant y Banco Macro, que anunció la adquisición en Argentina del Banco Itaú.
Por su parte, el riesgo país, índice que elabora el JP Morgan, bajó 22 puntos y se ubicó en los 2.048 puntos básicos.
Por otro lado, el Banco Central compró ayer US$ 38 millones y culminó la semana con un saldo neto positivo en el MULC de US$ 226 millones.
En este aspecto, y de acuerdo con lo que el equipo económico, encabezado por el ministro Sergio Massa, les dijo a los directivos del FMI que el ingreso de dólares a las arcas de la entidad monetaria se debió a una mejor política de acumulación de reservas y no al salto devaluatorio del tipo de cambio oficial.
Esto se da en un contexto en el que la llegada del desembolso del FMI, por US$ 7.500 millones, permitió cierto respiro a las reservas del Central.
De esta manera, las reservas brutas de la máxima autoridad monetaria terminaron ayer en US$ 27.944 millones.
A su vez, el jueves el BCRA dictaminó una nueva resolución para que las agencias y casas de cambio canalicen sus operaciones a través de Siopel, el Sistema de Operaciones Electrónicas.
Básicamente, busca evitar la operación del “dólar puré”, mecanismo mediante el cual se compran dólares a las cotizaciones del mercado oficial y se las revende en el mercado informal obteniendo una diferencia entre los precios.