POLITICA

Porqué es feriado hoy

Qué conmemoramos los argentinos hoy, 31de enero.

La asamblea del año XIII.
| Cedoc

A fines del año pasado se aprobó un proyecto de ley que establece, por única vez, feriado nacional el 31 de enero de 2013. Ese día, hace doscientos años, inauguraba sus sesiones nuestro primer Congreso Constituyente. Entre los fundamentos del proyecto se destaca que la obra de la Asamblea del año XIII fue “el esfuerzo de la nacionalidad para constituirse y organizarse como Nación independiente” y que “ha sido inspiradora de valores y principios que vinculan estrechamente el ideal emancipador con el ideal de enaltecer la condición humana”.

Efectivamente, los valores y principios que dicha Asamblea exhibió en algunos de sus primeros decretos confirman la segunda de las justificaciones citadas. Allí los indios se vieron liberados del pago de tributos y de formas de trabajo forzado; se ratificó la libertad de prensa; se estableció que los hijos de esclavos nacidos a partir de esa fecha serían libres y desaparecieron los títulos de nobleza.

Este impulso radical, que sentó las bases de la emancipación humana, no se tradujo en una emancipación política. No hubo declaración de Independencia respecto de España ni se dictó Constitución alguna. Parte de este fracaso se debió a la cambiante situación internacional que devolvía al trono a Fernando VII y a las disputas internas dentro y fuera de la Convención.

Ahora bien, la primera de las justificaciones resulta más problemática. Allí se señala el esfuerzo de la nacionalidad como motor de este proyecto emancipatorio: a la Nación, sólo le restaba organizarse de forma independiente. Cabe preguntarse, ¿cuál era esa Nación? Y más aún, ¿qué nombre le damos a la nacionalidad de la que nos habla el decreto? ¿Argentina? ¿Boliviana? ¿Uruguaya?

Por nacionalidad se entiende que los habitantes de un territorio se sienten parte de un todo y, que a su vez, se distinguen de otras comunidades por ciertos rasgos comunes que les son exclusivos (lengua, etnia, tradición). ¿Era concebible en la América hispana de aquellos años distinguir una exclusividad argentina que fuera diferente de la boliviana o uruguaya? Los estados nacionales a los que hacemos referencia surgieron mucho después de la fecha que hoy conmemoramos. Sólo es posible trazar esas diferencias si construimos un relato que comience por el punto de llegada y no por el punto de partida.

Es decir, si hacemos una historia genealógica de la nación.  La función de la historia en el siglo XIX fue precisamente esa: construir un relato que rastreara en el pasado el origen de las naciones que apenas estaban naciendo. El encargado de hacerlo en nuestro país fue Bartolomé Mitre, representante fundador de la denominada “historiografía liberal”, tan denostada en los últimos tiempos bicentenarios. Sin embargo, más allá de las diatribas hacia el “creador” del mito fundante de la nación, nadie podría dudar del éxito de su fórmula. La nacionalidad, pensada como esencia y no como construcción, sigue gozando hoy de muy buena salud en los discursos de nuestro amplio arco político.

(*) Historiadora. Especial para Perfil.com.

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