La propagación de casos de coronavirus en el Congreso terminó de convencer a la oposición sobre la necesidad de continuar con las sesiones virtuales en la Cámara de Diputados auspiciada por el Frente de Todos y es por eso que ayer se estableció un principio de acuerdo sobre la voluntad de avanzar en la prórroga del protocolo de funcionamiento en medio de la pandemia.
Luego de la confirmación del contagio de coronavirus del diputado del PRO por La Rioja Julio Sahad, se determinó que una veintena de diputados y al menos media docena de empleados legislativos tienen que avanzar con el test para determinar si pudieron haberse contagiado durante la sesión del pasado jueves, a la que asistió Sahad.
Por el momento, el diputado mendocino José Luis Ramón y el jefe del bloque de diputados del PRO, Cristian Ritondo, confirmaron que sus exámenes dieron negativos, mientras que el radical Facundo Suárez Lastra, que se realizó el test ayer por la tarde, informó a PERFIL que todavía no contaba con el resultado que se conocerá en las próximas horas.
El Congreso seguirá sesionando virtualmente pero con algunos cambios
En ese contexto, mañana se volverán a reunir los jefes de los bloques legislativos con el presidente de la Cámara de Diputados, Sergio Massa, para ponerse de acuerdo sobre cuáles serán los temas a trabajar durante el mes.
Según confirmaron a PERFIL fuentes parlamentarias, este año no está previsto tomar un receso legislativo de invierno por lo que se seguirá trabajando con las mismas condiciones que se adoptaron desde marzo.
El oficialismo aspira a avanzar con dos temas que pueden traer cortocircuitos con la oposición pero no lo suficientemente graves como para no dar el debate.
Por un lado está la moratoria impositiva que el Gobierno impulsa para monotributistas, trabajadores autónomos y Pymes, cuyo texto se está terminando de elaborar. Allí, el requerimiento del PRO sería incorporar algún artículo que también contemple a grandes contribuyentes.
El otro tema que anticipa rispideces es el Presupuesto, que tendrá dos variantes legislativas. En primer lugar el Gobierno enviará una ampliación de la prórroga del Presupuesto 2019, que se tomó para definir el rumbo desde el comienzo de la gestión de Alberto Fernández, ya que no fue aprobado el proyecto para el corriente año.
La nueva fase de la cuarentena estricta en fotos
La estrategia del oficialismo tiene que ver con una cuestión operativa, pero también con una jugada política ya que se buscará que el Congreso apruebe algunas medidas claves para la pandemia, sin necesidad de usar los "superpoderes" que se le otorgaron al Jefe de Gabinete, Santiago Cafiero, hasta fin de año para reasignar partidas ni sacarlo por DNU.
Los temas que irían en esa ampliación sería el uso del Programa de Asistencia de Emergencia al Trabajo y la Producción (ATP), el Ingreso Familiar de Emergencia (IFE) que es otorgado por Anses, un refuerzo para los fondos del PAMI y el aumento de las transferencias sociales en general, para paliar la crisis económica.
La otra pata del tema presupuestario es la llegada al Congreso del avance de las previsiones para el 2021, como paso previo a la remisión del proyecto completo que debe presentarse el 15 de septiembre de cada año.
De acuerdo al texto al que tuvo acceso PERFIL, el Gobierno adjudica buena parte de la crisis a la pandemia de coronavirus y no a la cuarentena, valorada como medida de prevención y brinda algunas pistas sobre cómo será la política cambiaria y de retenciones para el año que viene.
Entre los asuntos que podrían tener consenso figuran paquetes de medidas para apuntalar a los sectores del turismo y la gastronomia, con créditos a tasa cero y fuerte eximición de impuestos y otra norma para regular la ley de alquileres de comercio que buscará la suspensión de desalojos y congelamientos de costos.
Por el momento, se está armando una agenda de proyectos a tratar en comisión, pero no hay fecha de sesión al menos por las próximas dos semanas.
