El juez federal Ariel Lijo procesó ayer al ex titular de la AFIP Ricardo Echegaray, al banquero Jorge Brito y a Katya Daura, ex titular de la Casa de la Moneda, en el marco de lo que se conoce como la causa “Ci-ccone II”, la segunda parte del caso que terminó con el ex vicepresidente Amado Boudou tras las rejas.
En el fallo de 530 páginas, al que tuvo acceso PERFIL, Lijo procesó a Echegaray como autor del delito de abuso de autoridad, en tanto que a Brito, Daura, Jorge Enrique Capirone, Máximo Lanusse, Sergio Martínez y Francisco Sguera, otros involucrados en el caso, los procesó como partícipes del delito de negociaciones incompatibles.
Este tramo de la causa se inició a raíz de testimonios extraídos cuando se elevó a juicio la primera parte, en el que terminaron condenados junto a Boudou, José María Nuñez Carmona, Nicolás Ciccone, Rafael Resnick Brenner, César Guido Forcieri y Alejandro Vandenbroele, el arrepentido en el caso.
En 2017 Vandenbroele declaró como imputado colaborador e ingresó en el Programa de Prote-cción de Testigos e Imputados del Ministerio de Justicia de la Nación. En su exposición habló de su relación con Núñez Carmona, amigo de Boudou, aseguró que solo vio en dos oportunidades al entonces ministro de Economía. Y dio cuenta de determinados movimientos políticos en pos de comprar la imprenta, que tenía la capacidad de imprimir billetes.
En ese entramado para adquirir la firma ubicó a los banqueros Brito y Raúl Moneta, quien no fue alcanzado por la Justicia por atravesar un complejo problema de salud.
Para la Justicia, la maniobra investigada puede condensarse en tres grandes etapas: el levantamiento de la quiebra de Ciccone Calcográfica; el desembarco de los fondos y el gerenciamiento de la firma y la contratación de la ex Ciccone por parte del Estado Nacional.
De acuerdo a la Justicia, el peritaje no logró demostrar que el fondeo de dinero que provenía de Moneta era en realidad de Brito. Pero consideraron probado, al menos, “la intervención de Brito en la etapa de gerenciamiento de la firma a través de Lanusse y Sguera; en lo que parecería ser más un aporte de tipo personal, por la relación que mantenía con Amado Boudou, que de carácter institucional”.
En tanto que a Echegaray lo responsabilizaron por haber cambiado su posición respecto del otorgamiento de la conformidad de la AFIP para el levantamiento de la quiebra de Ciccone, en un lapso de dos días sin ningún tipo de justificación. Consideraron que, si bien por el cargo que detentaba, “tenía la facultad de otorgar su conformidad de manera condicionada o incondicional para ese acto”, lo que no podía hacer “de manera legítima era variar sustancialmente el carácter de la conformidad prestada, en un lapso corto, sin más motivación que una solicitud por parte de la empresa quebrada sin ningún tipo de especificación”.
El descargo del empresario
Ayer, luego de conocerse el procesamiento del banquero Jorge Brito, desde su entorno salieron a contrarrestar la decisión judicial. Afirmaron que, contra él, solo “existe una acusación genérica” que “básicamente, se vincula con el establecimiento de “la ruta del dinero para el saneamiento de la empresa Ciccone Calcográfica”. Y apuntaban al “arrepentido” del caso, Alejandro Vandenbroele, quien en noviembre del año pasado se quebró y declaró, durante nueve horas, frente al fiscal del caso, Jorge Di Lello.
Desde entonces el caso avanzó, entre otras cosas, con la citación a indagatoria de Brito y Ricardo Echegaray, quien también fue procesado ayer.
Cerca del banquero, sostienen que “las dos declaraciones son bastante diferentes en cuanto a los detalles pero, principalmente, en lo que hace a Brito, tienen el mismo defecto: no se trata de hechos que Vandenbroele haya presenciado sino simples suposiciones suyas”. En tanto que al referirse a la “ruta del dinero”, defendieron a Brito considerando que “si se quisiese rastrear el aporte de dinero lo que corresponde es adjudicarlo a Raúl Moneta pues es lo que surge de la documentación y, sobre todo, del peritaje. Elementos de prueba estos que son concretos, contundentes y que, sobre todo, refutan las ‘opiniones’ de Vandenbroele.”