El ministro de Planificación, Julio de Vido, lo bautizó como “el puntero de la oposición”. ¿Por qué lo odia el Gobierno?
Se llama Juan José Aranguren y es el presidente de la filial argentina de la petrolera Shell. Desde hace 32 años trabaja en la firma angloholandesa. Entró como pasante y terminó como presidente. Hizo carrera. Pese a que reporta cada movimiento a la casa matriz, no dudó en levantar la voz para decir lo que piensa.
En el sector petrolero, es amado y odiado. Mientras unos lo aplauden, otros lo responsabilizan por los castigos que recibió el sector. En algún momento fue uno de los pocos empresarios que enfrentaron al kirchnerismo. El propio Néstor Kirchner le mandó un grupo de piqueteros para bloquear sus estaciones de servicio.
El secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, lo quiso multar con 23 millones de pesos. Si bien casi no tiene puentes con el Gobierno nacional, asiste a cada reunión que lo convocan. Escucha, pero sabe que no lo tienen en cuenta para los planes oficiales. Todos saben que en la lógica kirchnerista que divide entre “ellos o nosotros”, Aranguren está en la vereda de enfrente.