desde Ginebra
La Oficina Federal de Justicia en la Confederación Helvética (OFJ) informó este jueves que la Argentina “retiró el pedido de extradición” de Néstor Marcelo Ramos, supuesto testaferro de Lázaro Báez en este país. “No podemos darle otras informaciones”, zanjó la portavoz de la OFJ, Sonja Margelist.
La noticia estalla cuando la justicia federal de Buenos Aires va a emitir, probablemente el 17 de febrero próximo, el veredicto contra Báez, sus hijos, y otros cómplices implicados en el caso. Cabe recordar que el requerimiento de extradición lo formuló el juez federal de Buenos Aires, Sebastián Casanello en 2016, quien imputó a Ramos de haber participado en una operación de lavado de dinero en bancos de Ginebra y del Ticino por unos 60 millones de dólares. El origen remontaba a Lázaro Báez, el cual utilizó sociedades de fantasía creadas en Panama y Belice, manejadas por prestanombres de su entorno, para disimular la titularidad, procedencia y el destino final del dinero.
En 2019 Ramos apeló la extradición ante el Tribunal Penal Federal (TPF), equivalente a la Cámara Nacional de Casación en Argentina. Negó los hechos y desvinculó a su sociedad del Ticino, “Helvetic Services Group”, de eventuales infracciones penales. Aportó denuncias sobre hacinamiento carcelario y torturas en Argentina, y certificados médicos que al parecer le daban una corta esperanza de vida ante el deterioro de su salud. Afirmó que “nunca” conoció a Báez, “ni a los Kirchner”, y se erigió en víctima colateral de una “venganza del gobierno de Macri contra sus oponentes políticos”.
El 13 de febrero de 2020, el TPF desestimó la veracidad de “una connotación política” en la voluntad de extraditar a Ramos. Consideró válida la demanda del juez Casanello, que podría “subsumirse en Suiza al delito de blanqueo de dinero”. Dio por probado que “entre 2012 y 2013, Ramos presuntamente ayudó a Báez a devolver a la Argentina los fondos negros depositados en cuentas de bancos suizos”, siendo los beneficiarios de algunas de ellas “los hijos de Báez”. El TPF detalló que con ese dinero se adquirieron “valores argentinos” que “fueron liquidados en la Bolsa de Rosario”. Precisó que dicha venta “se pagó mediante a emisión de 9 cheques por 2.750.000 dólares”, que fueron a parar a una empresa argentina de Báez.
Sin embargo, el TPF añadió una admisión “parcial” del recurso de Ramos, con arreglo a que faltaba “aclarar inequívocamente el estado de salud y la transportabilidad (del otrora dueño de “Helvetic Services Groups”, sociedad entre tanto disuelta), así como verificar las posibilidades terapéuticas de la Argentina para el tratamiento de su grave enfermedad”. En consecuencia devolvieron el expediente a la OFJ, “para una nueva decisión … posiblemente acompañada de una solicitud a las autoridades extranjeras de garantías a la luz de los informes médicos oficiales”, que respeten “los derechos humanos … en el ámbito de la atención de una persona enferma en prisión”, resolución que de haber existido, y si le hubiera sido adversa, Ramos podía susceptiblemente nuevamente apelar ante el TPF.
Lo que viene de suceder en estas últimas horas constituye un enigma. Otro vocero de la Oficina Federal de Policía, Raphael Frei, informó periódicamente a lo largo de 2020, que Suiza no había tomado ninguna nueva decisión al respeto. Tampoco dio indicio alguno que la Argentina se hubiera manifestado,hasta ahora sin precisar cuándo ni quién, y con qué argumentos, comunicaron desde Buenos Aires la resolución de desistir en la persecución penal contra Ramos. Se desconoce si alguien puede aventurar en lo inmediato si Ramos sigue vivo.