Un auto gris polarizado deja al secretario de Transporte Ricardo Jaime en la pista del aeropuerto de San Fernando. Camina pocos pasos y sube, uno a uno, los peldaños de la escalera del Lear Jet 31A con matrícula norteamericana que vuela todas las semanas. En poco más de una hora, el avión aterriza en el aeropuesto Pajas Blancas de Córdoba y el funcionario sube a una camioneta que lo lleva hasta su casa en el country Cuatro Hojas.
El fin de semana visitará el exclusivo spa de su esposa y, en pleno relax, planeará un viaje en el Lear Jet a Brasil para visitar a su hija y conocer el hotel que abrió a pocos metros del mar. Al secretario de Transporte le gusta la buena vida.
OSTRACISMO DE LUJO. Los fines de semanas Jaime se levanta con el cantar de los benteveos, teros y torcazas que revolotean su casa en el country Cuatro Hojas de Córdoba. La urbanización de 88 hectáreas está ubicada en la localidad de Mendiolaza, tiene club house y un sector con pistas de equitación y caballerizas.
Las 230 casas del country no son ostentosas, tienen entre 200 y 350 metros cuadrados y cuestan desde 200.000 hasta 400.000 dólares. Dicen los vecinos que a Jaime, como a muchos empresarios que viven en Cuatro Hojas, le gusta gozar del bajo perfil. Los fines de semana pasea por las calles del barrio en su moto BMW con casco y vestido de negro.
Sólo sale para ir a cenar a Los cabritos o a El Faro, en Jesús María. Su rutina porteña también es la de un auténtico “bon vivant”. Vive en el piso 12 de Libertador 650, esquina Cerrito. Paga entre 2.000 y 2.500 dólares de alquiler y más de 1.500 pesos de expensas. Viste trajes de confección, corbatas de colores estridentes, y accesorios de oro. Le fascinan los zapatos, las motos, las lapiceras y los relojes de colección.