Nadie puede dudar de la lealtad oficialista del canciller Héctor Timerman. Como anécdota, cabe recordar que la presidenta Cristina Fernández de Kirchner le reprochó a su antecesor, Jorge Taiana, que "no era leal", como, por ejemplo, el aún-no-procesado Amado Boudou. A cinco años de la renuncia de Taiana, Timerman sigue firme en el cargo, después de haber defendido con uñas y dientes todas las posturas diplomáticas del gobierno, en particular el polémico memorándum de entendimiento con Irán sobre la causa AMIA.
Por eso, llamó la atención que la fidelidad del ministro de Relaciones Exteriores y Culto no fuera exaltada en los últimos meses. Incluso a pesar del debate sobre la constitucionalidad del memorándum, y de la muerte del fiscal Alberto Nisman (que lo había denunciado junto a la presidenta), Timerman pasó a un segundo plano. Redujo sus apariciones mediáticas al mínimo y no integró la lista del Frente Para la Victoria de candidatos al Parlasur, que sirvió como "refugio" para varios funcionarios cristinistas en camino de salida.
Para profundizar los rumores, el canciller, que es un número puesto en todos los viajes internacionales de la presidenta, no integrará la comitiva oficial que viaja mañana hacia Paraguay para visitar al Papa Francisco. La ausencia con aviso disparó más versiones de un posible alejamiento del ministro del gobierno, según comentaron fuentes cercanas al oficialismo a Perfil.com, a cinco meses del fin de su mandato.
El eventual alejamiento sería una sorpresa si se considera que Timerman siempre se mantuvo en una línea de Cristinismo estricto: en los últimos meses, defenestró a Nisman ("la denuncia es una total mentira", dijo), defendió a la presidenta ("Cristina quería que Nisman respondiera interrogantes"), y hasta renunció a la AMIA y a la DAIA por las posturas que estas organizaciones mantuvieron sobre la muerte del fiscal.
Si la salida del funcionario se concreta, ya hay un posible reemplazante: el vicecanciller Eduardo Zuaín, que hoy ostenta el rango, dentro del Ministerio de Relaciones Exteriores, de ministro de primera. El miércoles pasado ingresó al Senado el pliego para ascenderlo a embajador, que debe ser tratado por la Comisión de Asuntos Constitucionales. Pero el ascenso más importante ya le llegó: será el que acompañe a Cristina mañana en su viaje a Paraguay.