El fiscal federal Federico Delgado, principal impulsor para avanzar contra funcionarios y empresarios por la tragedia de Once, decidió apartarse de la causa que investiga la tragedia en la que murieron 51 personas, luego de que el juez Claudio Bonadio le impidiera continuar una investigación que involucraba a un gerente de TBA.
El representante del Ministerio Público avanzaba en una serie de análisis sobre la labor de Marcos Chicote, exgerente general de operaciones de la empresa Trenes de Buenos Aires, a quien apuntó una denuncia motorizada por el dirigente gremial Ruben Sobrado, a raíz de una serie de accidentes previos al 22 de febrero del 2012, cuando una formación se estrelló en la estación de Once.
Chicote pidió la recusación de Delgado y el juez Bonadio hizo lugar, justo cuando el fiscal también había decidido excusarse del caso por entender que sentía "violencia moral" y que la situación en esta causa era "intolerable".
"Al darle trámite y dilatar la decisión, en cierto modo (el juez) acogió la maniobra de sustituir la fiscalía que representa al Ministerio Público Fiscal", sostuvo Delgado en su planteo de apartamiento, consignó la agencia DyN.
Lo cierto es que la causa ya está en las puertas del juicio oral y las funciones de Delgado recayeron en el fiscal Ramiro González, el mismo que recibió en un primer momento las denuncias que salpicaban al empresario Lázaro Baez y decidió dejarlo fuera del requerimiento que le envió al juez Casanello.