POLITICA
ENTREVISTA

Hernán Lombardi: “Se usaron programas como sistema de azote y linchamiento”

El ministro a cargo de los medios estatales critica el legado recibido y promete contrarrestarlo con “pluralismo”. Pese a repudiarlos, defiende Tecnópolis y el CCK.

Funcionarios. Hernán Lombardi (centro) presentó ayer a Gabriela Ricardes y Jorge Sigal como los secretarios  que lo acompañarán en el Sistema de Medios y Contenidos.
| Juan Obregon

El titular del Sistema Federal de Medios y Contenidos Públicos, Hernán Lombardi, tiene el objetivo puesto en desactivar todo el entramado comunicacional y de producción de contenidos que montó el kirchnerismo. Por eso habla de “ideologismos” y de “pensamiento único y autoritario”, que pretende contrastar con “pluralismo” y “tolerancia”.

En diálogo con PERFIL, presentó a quienes serán sus dos principales secretarios: Jorge Sigal, de Medios Públicos, y Gabriela Ricardes, de Contenidos Públicos. Y lo hizo desde Tecnópolis, una feria que fue criticada por el macrismo en sus inicios pero que ahora será continuada y profundizada.

—Todavía faltan designaciones clave, como los directores de Radio Nacional, Télam, la TV Pública...
—Hemos dado ya una pista clara de por dónde vamos, pidiéndole a Sigal que nos acompañe. Es una garantía de pluralismo. El noble oficio del periodismo fue muy vapuleado estos años, haciendo creer a la sociedad que el periodista era un mero repetidor de eslóganes, como si fueran funcionarios de un ministerio de la propaganda de los peores ejemplos del siglo XX. Pero para no eludir la pregunta, primero tenemos que ver las dificultades que nos falta remover, para construir gobernabilidad en Radio y Televisión Argentina S.E. Hoy el Ejecutivo tiene sólo dos miembros de siete. Ya se fue Tristán Bauer pero no renunció (Alberto) Cantero. Voy a tener una charla con él el lunes para explicarle que venimos a construir el pluralismo y que para respetar la continuidad institucional necesitamos que dé un paso al costado.

—¿Es el caso Sabbatella de su área?
—Son casos diferentes. Pero creo que todos tienen que tener la responsabilidad de que, cambiadas las mayorías en la Argentina, hay que construir una idea que dé continuidad a las buenas cosas que se hicieron en la empresa pero con gobernabilidad hacia el futuro.

—Se habla de institucionalidad, pero los mandatos de estos directores están armados de manera tal de perdurar dos años más que el mandato del Poder Ejecutivo.
—Por eso estamos actuando con responsabilidad, firmeza y paciencia. Dentro de la misma ley –porque éstos son tres capítulos de la Ley de Medios– dice que tienen que haber respaldado el pluralismo y la tolerancia. Y esto no se respetó claramente en los medios públicos. Se usaron unos programas como sistema de azote y linchamiento a los que pensaban diferente. Yo podría compartir el criterio de que los mandatos estén desfasados con respecto a los del presidente, pero esto no fue la BBC... Acá se usó impunemente la posibilidad que daban los medios públicos para denostar adversarios. Estamos optando por preservar la institucionalidad que prevé la Ley de Medios pero de una manera que le dé gobernabilidad al nuevo gobierno.

—¿Y ahora va a ser la BBC?
—Vamos por un sistema donde todas las voces tengan voz. Nosotros podemos mostrar nuestras trayectorias.

—Tristán Bauer, María Seoane y otros también podían mostrar sus trayectorias. ¿Cómo se puede garantizar que este equipo va a tener independencia de lo que marque el Ejecutivo?
—Los hechos lo demostrarán. Pero lo que me pidió el presidente (Mauricio) Macri fue que quiere medios estatales, públicos, pero no gubernamentales. Lo que hicimos en la radio y el canal de la Ciudad estos años también muestra un enorme pluralismo.

—¿Qué planes tienen para Tecnópolis y el Centro Cultural Kirchner (CCK)?
—Son dos realidades distintas. Creemos que Tecnópolis es algo que debe continuar y profundizarse en los contenidos. No sólo mostrar lo que los ministerios hacen; no queremos que sea una exposición de logros gubernamentales, sino que tenga lugar la sociedad. Segundo, interpelar y empoderar a los ciudadanos, despojando de toda carga ideológica. Y tercer punto, un fuerte contenido federal, para poder llevar Tecnópolis a las provincias. Y el Centro Cultural es un gran proyecto, que hay que terminar el edificio –falta un ala–, y la programación tendrá que ver con la excelencia y la calidad. Queremos que la gente lo conozca y se lo apropie. Y respecto de lo laboral, todo aquel que efectivamente realice una tarea, quedará. En ningún lugar va a haber ñoquis.

—¿Le van a cambiar el nombre?
—Es un tema del Parlamento argentino. Nosotros queremos que sea abierto a todos los ciudadanos y no una capilla de un sector político.

—Da la impresión de que fueron dos insignias del kirchnerismo criticadas por la oposición pero hoy son tomadas como cuestiones positivas...
—La Argentina tiene una enorme deformación centralista. La Ciudad de Buenos Aires tiene la oferta cultural más importante de América Latina. Y el presupuesto en Cultura es más grande que el de la Nación y todas las provincias juntas. Sobre esa línea de base se construyó el CCK con una inversión de más de $ 3 mil millones, con los que se podría haber hecho una Usina del Arte como la que se hizo en La Boca en cada capital de provincia del país. Así la macrocefalia se acentuó. Y Tecnópolis también la acentúa. Esa es nuestra opinión. Ahora ya están, y nosotros venimos a construir. No a tirar abajo.

—¿Cómo van a manejar la publicidad oficial?
—No está bajo nuestra órbita. Télam lo que hace es ser medio de pago y hacer auditoría de que efectivamente se emita lo que se pautó. La responsabilidad primaria es de Jefatura de Gabinete.

—Hablaron de ñoquis, ¿en los medios ven algo similar?
—La renovación de contratos hecha para 2016 por parte de la dirección de Radio Nacional, además de ser ilegítima, muestra un intento de permanencia tosco. Quiero marcar una diferencia: en Canal 7 no se hizo. Quiere decir que hubo conciencia de que podía haber un cambio de autoridades. La pretensión de mantener la programación de Radio Nacional no va a tener lugar. Pero vamos a invitar a que haya voces que fueron afines a lo que pasó estos doce años, que estarán combinadas con voces diferentes.

—Hablaron de despojar de carga ideológica, ¿no puede ser criticado como una forma de “contrarrelato”?
—No, nosotros nunca opondremos al relato único un relato único de sentido adverso. Vamos a poner como alternativa la pluralidad. Que todas las voces se expresen. Esto quizás es lo más profundamente ideológico, y eso nos aleja de los ideologismos, que es la deformación de la ideología. El pensamiento único y autoritario es lo que nos llevó a esta Argentina pobre intelectualmente en la que estamos viviendo.