Una revelación de Matías Miret, el piloto del jet que llevaba 944 kilos de cocaína a España, podría cambiar el sentido de la investigación: "La droga fue cargada en la Argentina. Estaba oculta en el avión", contó un allegado del argentino detenido en Barcelona al diario La Nación.
El hombre, que mantiene conversaciones telefónicas con Miret y cuya identidad no fue revelada, contó que en uno de los diálogos su compañero afirmó que la tonelada de droga "no se cargó en la Isla de Sal, en Cabo Verde, como se dijo. Esa fue una escala para cargar combustible".
Desde el Gobierno nacional la posibilidad de que se hubiera cargado en Argentina fue descartada de base. Funcionarios de primera línea salieron rápidamente a despegarse de un caso de narcotráfico tan escandaloso como histórico.
"El (por Miret) no tiene nada que ver con la droga. Lo contrataron para volar el jet. Le dijeron que le iban a buscar al dueño del avión. Iban a regresar a la Argentina tres días después", indicó el allegado de Miret. "Se sorprendió porque no sabía nada de la carga. La cocaína estaba oculta en la aeronave", completó.
Una de las posibilidades, a partir de la investigación, es que la droga haya sido cargada en Morón, donde el jet permanecía desde el 6 de noviembre y cuyo viaje a la Madre Patria estaba programado, en principio, para Navidad: “Pero después lo llamaron para decirle que se había suspendido unos días. Es algo normal en el mercado aeronáutico".
Miret tiene 37 años y está casado con Agustina Conil Paz, con la que tienen tres hijos. Según sus propias palabras, por pilotear la lujosa aeronave de los Juliá iba a cobrar 5 mil dólares.
"Está tranquilo porque su relación con los Juliá sólo fue por este viaje. Si bien conoce a Eduardo por tener una actividad común, él no hizo otros viajes con ellos. Como puede afirmar que no fue a Mar del Plata, tampoco fue a Santa Cruz de la Sierra, donde se sospecha que a los Juliá fueron a cerrar el negocio de la droga", precisó quien mantuvo charlas telefónicas con Miret.
Viaje a la costa antes de España. El diario Clarín, en tanto, reconstruye hoy un vuelo a Mar del Plata organizado por los Juliá con algunos amigos, con la intención de mostrar el Challenger 604. Fue el único destino nacional que hicieron con la aeronave, antes de partir de Ezeiza.
Según uno de los tripulantes, cuya identidad también quedó en reserva, eran 8 pasajeros en total y la estadía duró apenas un día en la ciudad balnearia. Salieron el 7 de diciembre de Morón, hicieron escala en aeroparque y arribaron a Mar del Plata. De acuerdo a los registros de la Administración Nacional de Aviación Civil, ese vuelo quedó a cargo de Eduardo Juliá.
El pasajero contó al matutino detalles del jet: terminaciones de nogal, asientos de color crema, una mesa, un baño considerable y plasmas que indicaban la velocidad de la nave y cuánto faltaba para llegar a destino.
"A Piluso le cagué las vacaciones", cuenta que dijo Gustavo sobre su Eduardo. Se refería al descanso veraniego que debía suspender para volar a Barcelona “por trabajo”. “Ahora sé que son capaces de cualquier cosa. Yo sólo me subí al avión por invitación. Si me llama la Justicia voy a ir sin drama, tengo la conciencia limpia”, afirmó el tripulante a Clarín.
