Seis empresas se presentaron interesadas en adquirir Oil Combustibles, el principal activo del Grupo Indalo, propiedad del actualmente detenido Cristóbal López, a sólo una semana de que la Justicia haya dictaminado su quiebra.
Las compañías interesadas son: Lukoil, Trafigura (que se anotó en el salvataje pero se retiró porque no podía cancelar la deuda de más de 19.000 millones de pesos de Oil en un año, como exigía la AFIP), YPF, Glencore Vital, Pampa Energía y Hugerbhuler, según consignó la periodista Lucía Salinas del diario Clarín.
Las empresas que se postularon tenían que cumplir varios requisitos: estar constituidos como sociedad anónima y “demostrar capacidad técnica y antecedentes que permitan comprobar fehacientemente capacidad e idoneidad para la comercialización y producción de combustibles y derivados”, añadió el mencionado medio.
En ese marco, y junto con la oferta, los privados interesados estaban obligados a presentar un “plan de negocios con los recursos humanos que ocuparía, los fondos que aplicaría y un cronograma de actividades, indicando cuántos empleados piensa mantener del plantel de Oil”.
Para evitar cualquier tipo de filtración, los administradores solicitaron a las empresas interesadas que hicieran sus propuestas ante el juzgado y a sobre cerrado. De este modo intentan evitar que se “ventile cualquier información de las empresas que pueda ser confidencial”, y que no se conozcan entre sí las propuestas realizadas.
Acerca de Oil. La petrolera emplea a 400 trabajadores, cuenta con una red de 360 estaciones de servicio, una importante flota de camiones y vehículos, un puerto, la refinería e inmuebles, entre otras propiedades. Además, es dueña de acciones de otras empresas del Grupo Indalo, como los medios de comunicación.
Quiebra. El 11 de mayo, el juez en lo Comercial Javier Cosentino decretó la quiebra de la empresa Oil Combustibles, propiedad de Cristóbal López y Fabián De Sousa, quienes están detenidos por el no pago de más de 8 mil millones de pesos en impuestos.
López fue procesado con prisión preventiva por administración fraudulenta tras haber evadido el pago de 8.000 millones de pesos en impuestos de la transferencia a los combustibles que su compañía petrolera Oil Combustibles recaudó, en calidad de agente de retención, a sus clientes.
El empresario posee negocios en medios, petróleo y el juego, un emporio que se potenció durante los gobiernos de los peronistas Néstor Kirchner (2003-2007) y Cristina Fernández de Kirchner (2007-2015). A Oil Combustibles, la empresa más importante, la AFIP le había reclamado una deuda de unos 17 mil millones de pesos por no haber pagado durante el kirchnerismo el impuesto a los combustibles.