Desde la cárcel, Cristóbal López acaba de ver caer su principal empresa en manos de la AFIP y el resto de sus acreedores. El juez comercial Javier Cosentino dictó ayer la quiebra de Oil Combustibles, la firma más grande del ex grupo Indalo, en jaque desde que se descubrió que usó $ 8 mil millones del Impuesto al Combustible para engordar su emporio.
La suerte del grupo quedó sellada esta misma semana cuando la AFIP se negó a dar un plan de pagos mayor a 12 meses a Trafigura, la holandesa que entró al “cramdown” dispuesta a pagar más de $ 17 mil millones de rojo sólo con la AFIP. El juez viajó luego a la localidad santafesina San Lorenzo para hablar con los 300 empleados de la refinería. “No hay plan B”, dijeron los trabajadores.
Ayer, Cosentino selló la quiebra. “No hay dudas. Una mera revisión de la causa en suma a las medidas adoptadas y cumplidas ante tan drástico escenario no permiten otra salida, mal que pese, que proseguir con el cauce previsto dentro del ordenamiento concursal”, escribió en la resolución a la que accedió PERFIL en donde subrayó que la quiebra era “una de las alternativas posibles” pese a los esfuerzos por evitarla. El fallo indica, de todas maneras, que se dará “continuación de la explotación de la empresa por 30 días para evitar riesgos ambientales y garantizar fuentes de trabajo”.
La historia de la caída de Oil está atada al final del Gobierno de Kirchner y la publicación en el diario La Nación sobre los 8 mil millones de pesos que no se tributaron al Estado de impuestos al combustibles. Una causa por concurso preventivo que se inició en el sur, pese a que la empresa funcionaba en Capital Federal. Hasta la Corte Suprema tuvo que intervenir, convalidando las sospechas de maniobras fraudulentas. El primer juez del caso Hugo Vitale se negaba a abrir el concurso de preventivo pero la Cámara Comercial se lo ordenó a fin de 2017.
Mientras Cristóbal López y Fabián De Sousa estaban tras las rejas, los gastos del grupo rebautizado Ceibo se multiplicaban. El nuevo juez, Cosentino, terminó por desplazarlos y nombró a administradores que pidieron a la AFIP un plan de refinanciación pero el ente se negó. “Que López y De Sousa paguen con los bienes que tienen en el exterior”, dijeron. No hubo caso. Se llamó a un proceso de salvataje que fracasó.
Ahora, el juez firmó la quiebra y designó a un síndico, pero los interventores judiciales seguirán dos meses analizando las propuestas que harán en las próximas 72 horas los interesados en comprar Oil. El que haga la mejor oferta se quedará con sus bienes y acciones. Ahí quedan haciendo equilibro en una soga finita los medios del grupo (ver aparte).
Según se estableció, las interesadas en quedarse con Oil deberán ser sociedades anónimas con capacidad técnica, solvencia financiera y un claro plan de negocios. Ya se barajan algunos nombres: Trafigura, YPF y Pampa Energía, de Marcelo Mindlin –cercano al presidente Mauricio Macri-.
“No puedo entender que sea tan evidente que la empresa tenía que ir a la quiebra”, comentó a PERFIL una fuente con llegada al directorio de Indalo. Tras apuntar a la AFIP, destacó que con la quiebra ahora se liberarán millones de pesos que el ente recaudador tenía “trabados” y que servirán pagar sueldos e indemnizaciones.
Desde la AFIP, rechazaron las críticas. “Acá a nadie le gusta que una empresa vaya a la quiebra, pero esto fue una estafa para todos los argentinos”.