El ministro de Salud, Ginés González García, descansa en Cariló y dialogó ayer con PERFIL. Relajado, habló de las elecciones de octubre, del caso Gerez y sobre su continuidad frente al Ministerio de Salud. Hasta se animó a subirle la apuesta a Jorge Guinzburg (el conductor de Mañanas informales apostó con el ministro para que baje diez kilos hasta marzo de 2007).
—El 2007 es un año electoral y todavía no está definido quién es el candidato oficial. ¿Cómo cree que se va a dar?
— Es obvio que va a ser pingüina o pingüino, pero lo que es importantísimo es el enorme aval que tiene, viniendo de donde venimos, la política del Presidente. Eso es lo importante, cuando uno logra en un país devastado tanto en términos sociales, económicos, sobre todo devastado desde el punto de vista de la opinión colectiva, la gente no creía en nada. Lograr los consensos que estamos teniendo y las ganas que tenemos todos de cambiar la Argentina es una oportunidad bárbara, por eso la elección es simplemente una circunstancia democrática. Lo que es importante es el rumbo y las ganas que tiene la Argentina.
—¿Qué balance hace de 2006?
—Fue un buen año, pero insuficiente. En salud siempre lo que uno haga nunca alcanza. Pero fue bueno en el sentido de que todos los indicadores evolucionaron favorablemente. Disminuimos en cifras récord la mortalidad infantil y el consumo del tabaco, mejoramos la cantidad de trasplantes y mejoramos la cantidad de consultas en la atención primaria; fueron muchos los logros. Espero que 2007 sea mejor. La salud no es sólo la atención médica, es un cuidar la vida, no sólo curarla. En ese sentido, hoy hay una conciencia distinta de los argentinos, por eso algunas campañas hoy están funcionando porque el argentino quiere cuidarse.
—Sus campañas generan controversias en la opinión pública y varias veces son criticadas. ¿Por qué?
—Es mi obligación. Tengo que hacer las cosas que son de bien público; de todas maneras es cierto que nunca hemos tenido tanto éxito. Son muestras de una reacción social positiva. La Argentina hoy está muy linda para hacer muchas cosas no solo en políticas de Estado, como las que intento hacer yo con propuestas estructurales, sino porque hay conciencia y ganas de consumir atención médica y de fabricar salud entre todos.
—¿Qué opina de las dudas que se generaron en torno al Caso Gerez?
—No es bueno para nadie trabajar sobre este tipo de cosas. Me parece que eso es jugar demasiado con hipótesis. Lo positivo es que Gerez está con nosotros. Yo no tengo ninguna duda. Lo vi y obviamente fui parte de ese sentimiento y esa sensación que tenía él, y la verdad que era conmovedora.
—¿Sigue hasta octubre? hay rumores...
—Esa no es una pregunta que me tenés que hacer a mí (se ríe). Si es por mí, sigo. Hasta el último día como si fuera el primero. Acá no se puede hacer ninguna especulación electoral, uno tiene que trabajar sabiendo que todo lo que uno haga nunca es insuficiente y seguir como el primer día.
—¿Cómo va con la apuesta que le hizo a Jorge Guinzburg? ¿Ya bajó de peso?
—Eh, dame tiempo, faltan tres meses todavía.
—¿Pero sigue en pie?
—Con tal de ganarle al enano ese, cualquier cosa.
El ministro de Salud no viajó a Pinamar solo. Su acompañante fue Mariela Rossen, funcionaria del Ministerio de Salud. Rossen es directora de Promoción y Protección de la salud y es la coordinadora nacional del Programa de Médicos Comunitarios. Mariela fue la elegida por Ginés para compartir carpa en el balneario Cozumel. Juntos para todos lados, la funcionaria y el ministro compartieron el día de playa el jueves. El viernes se los vio juntos caminando por la avenida Bunge y haciendo compras en el centro de Pinamar. El ministro eligió ropa y ella lo asesoró.
Ayer salió el sol y volvieron a la playa, llegaron juntos pero ingresaron al balneario separados. Mariela entró por la entrada principal y el ministro lo hizo costeando el mar. La socia de vacaciones de González García es pediatra, también formó parte del Programa Materno Infantil y Nutrición del Ministerio de Salud y trabajó en un centro de salud del partido de Vicente López. Cada uno en su casa, es mucho más que amiga del ministro desde hace más de dos años. Rossen tiene 38 años, 23 años menos que Ginés González García.
Su amigo Cormillot le hubiera aconsejado un “by pass” gástrico. Cormillot es amigo del ministro González García y es profesor en la Universidad de la fundación de Ginés, Isalud, pero afirma que éste no le pide consejos para bajar de peso: “No hablamos de eso. El siempre me hace bromas, me dice que no podemos estar juntos. El se lo toma con mucha naturalidad a ese tema. La relación es excelente. El está dando un mensaje de que hay que salir a caminar, el hecho de si adelgaza o no adelgaza no le resta autoridad para lo que la gente pueda hacer”.
Sin embargo, a mediados de 2005 Ginés se colocó una banda gástrica en el Sanatorio Otamendi y un año después la intervención no le habría dado los resultados esperados. “Yo le hubiese recomendado un by pass gástrico”, afirma Cormillot. Pero agrega: “Tiene que seguir caminando todos los días, comer seis veces por día, aumentar las cantidades de frutas y verduras y tomar mucho líquido no calórico. Como él es un hombre gourmet, también 2 o 3 veces por semana podría darse pequeños gustos para no privarse pero, eso sí, que se controle en las porciones”.
Cormillot está seguro de que este año saldrá la ley: “El Congreso todavía no la sacó porque hay muchos intereses. Pero este año la van a tener que tratar”. Y después, se refiere a su orgullo, el programa Cuestión de peso: en materia de obesidad, el programa fue un punto de inflexión. Lo importante es el impacto que se logró en la cabeza de la gente con el programa. De veinte personas, una te dice que bajó de peso con el programa. Es un porcentaje muy significativo. Se transformó en un fenómeno social”, afirma el hombre que se hizo famoso por sus exitosos consejos adelgazantes.