POLITICA

"Si quieren acordar con Scioli, tendrán que pasar por encima de Malena"

Macela Durrieu es la suegra de Massa y fue diputada menemista en los 90. Su hijo Sebastián es candidato por el Frente Renovador. Galería de fotos

Catedral. Marcela Durrieu y Sebastián Galmarini viven y son candidatos en San Isidro.
| Cedoc

La fuerte personalidad que la mujer de Sergio Massa, Malena Galmarini, hizo pública cuando insultó a Daniel Scioli es una característica compartida de la familia. Su madre, Marcela Durrieu, y su hermano, Sebastián Galmarini, tampoco se muestran tan políticamente correctos como le gustaría al intendente de Tigre y apoyan a Malena en su enfrentamiento contra el gobernador bonaerense.

Es muy auténtica”, dice Durrieu sobre su hija. “Ella es de perfil bajo, pero tiene mucho carácter y estaba muy preocupada e indignada por el robo a su casa, y por el posterior uso que se le dio desde el Gobierno. Además, puso en su boca lo que pensaba gran parte del país, porque lo único que surgieron fueron felicitaciones y aplausos”, explicó a PERFIL.

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Durrieu es candidata a concejal en San Isidro por el Frente Renovador y quienes decidieron que integre la lista fueron sus hijos Malena y Sebastián, quien compite en la categoría a legislador provincial por la primera sección electoral.

—¿Puede existir un futuro acuerdo electoral entre Scioli y Massa?

Sebastián: Yo hoy no lo veo.

Marcela: Yo menos. Además, tendrán que pasar por encima de mi hija Malena, cosa que es muy difícil. Lo que correspondía es que Scioli se pusiera a disposición y ayudara a la investigación. En vez de eso, salen a criticar a un fiscal que actúa con celeridad y eficacia.

—El robo a la casa de Massa y el “pedazo de forro” que Malena le dijo a Scioli, ¿no influyó en el electorado?

S: Es muy difícil hacer una evaluación política de un hecho que los afecto en términos personales y familiares. Tendría que existir un nivel de cinismo muy grande para que alguien especule con una situación así. Ni Sergio ni Malena hubieran utilizado nunca esa situación para salir en los medios.

—Si Malena hubiese sido la candidata, ¿no habría sacado aún mayor diferencia que Massa, quien se muestra más moderado?

S: No podemos hacer futurología. Lo que está claro es que Malena dejó de ser una mujer que sólo opinaba en el interior de la familia. Malena acompaña la conducción de Sergio en términos políticos. No es cierto que no opina. Es una mujer que entiende, conoce y trabaja a la par de Sergio.

—En su discurso de esta semana, la Presidenta dijo que Massa era “suplente” de los poderes corporativos. ¿Creen que será una campaña dura?

S: Son meses difíciles porque el Gobierno tiene la firme decisión de no bajar los brazos. Nosotros tenemos que seguir planteando propuestas y profundizar las visitas a los lugares en donde no pudimos llegar. Si no le pudo ganar al suplente, Cristina debería estar jugando en inferiores.

—Muchas veces se le pega a Massa vinculando a la familia Galmarini con el menemismo. ¿Les pesa el apellido?

M: Yo estoy absolutamente orgullosa de mi familia. Somos todos militantes y mis hijos militaron conmigo –como dice Malena– desde la panza. No compremos el relato sobre que todos nacieron de un repollo, que nadie votó a Menem, que nadie estuvo con Menem. Todos saben de dónde salieron los Kirchner y gran parte de su gabinete. Este país votó dos veces y media a Menem, yo prefiero equivocarme con la gente y no sola.

S: No es ningún peso ni tengo ninguna ventaja. En todo caso, tengo la responsabilidad de hacer las cosas bien, como las hicieron mis viejos.

M: Todos nosotros participamos de la vida política y sobre ninguno de nosotros pesa alguna acusación, no hay ninguno que esté procesado y ni siquiera que haya estado denunciado.

—¿Les molestó que en San Isidro Massa le diera una lista colectora a su histórico enemigo, Gustavo Posse?

M: Posse viene del radicalismo, estuvo con Carrió, con De Narváez y hasta hace poco en la Panamericana figuraba en los afiches del PRO. Cuando se cae la posibilidad del macrismo, viene a colgarse de la boleta. Una cosa son los aliados circunstanciales y otra los que forman la estructura central de una idea política.