La causa por el secuestro de Luis Gerez, el albañil y militante kirchnerista que fue testigo contra el funcionario Luis Patti, continúa con nuevos procedimientos dictados por el Ministerio de Seguridad bonaerense.
Gerez declaró ayer por más de seis horas al retomar su testimonio ante la fiscal de la causa, Andrea Palacios, que había sido interrumpido el sábado por recomendación médica, y estuvo acompañado por su esposa, Mirta Praino, el vicejefe de Gabinete bonaerense, Emilio Pérsico y el actor y dirigente político Alberto Fernández de Rosa.
Tras su declaración, Gerez se retiró del lugar a las 15.30, sin dialogar con la prensa, en un auto del Ministerio de Seguridad bonaerense. En tanto, Fernández de Rosa señaló que el albañil “está muy bien de salud” y dijo que se comunicó con el gobernador bonaerense Felipe Solá.
Por otro lado, el jefe de Gabinete, Alberto Fernández, rechazó declaraciones del ex comisario Patti quien dijo que el secuestro de Gerez podría tratarse de una "maniobra política".
"Nadie puede pensar que esto es una maniobra política del Gobierno. Al Gobierno no le sirve lo que le pasó a Gerez", sostuvo ayer el funcionario en declaraciones a radio La Red.
Fernández remarcó además que "la vocación del Gobierno es llevar esto hasta las últimas consecuencias. Hay que dejar actuar a la Justicia".
Fuentes del Ministerio de Seguridad bonaerense, que conduce León Arslanian, indicaron a Télam que en las horas posteriores a la liberación de Gerez "se duplicaron los recursos y la capacidad investigativa" abocada al caso del testigo.
Allegados al albañil y militante kirchnerista ratificaron ayer que Gerez "puede reconocer tres voces" de sus secuestradores y que ese fue uno de los puntos del interrogatorio en los que la fiscal del caso Andrea Palacios habría puesto más énfasis.
Gerez, de 51 años, fue testigo en la Comisión de Poderes de la Cámara de Diputados y declaró contra el ex comisario Luis Patti -que no pudo asumir como legislador-, a quien acusó de haberlo torturado durante la última dictadura.