“Somos lo mismo. Una sociedad se puede romper, nosotros tenemos un vínculo que va más allá”. Cuando habla de María Eugenia Vidal, el jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta no puede evitar elogiar a quien fuera su compañera de ruta en la función pública y en la política desde 1996 cuando la tomó como pasante para la Gerencia General del ANSES.
En ese entonces, además de trabajar para él, estuvo meses recopilando información para un libro llamado “Domando al Elefante Blanco”, donde se planteaban ejes de una reforma del Estado.
Esa simbiosis política, y ya familiar, que se fue construyendo durante años, hoy continúa. En este marco, el martes en el tercer piso de la sede gubernamental de Uspallata, en Parque Patricios, Vidal llegó al mediodía para almorzar, a solas, con el jefe de Gobierno porteño. Allí, repasaron las principales medidas para combatir la pandemia, en particular, la ex gobernadora bonaerense le viene aportando su mirada social al Gobierno porteño.
“Se juntan no menos de una vez por semana. Esta vez hablaron en general de los números de la pandemia y de lo que viene haciendo la Ciudad”, explicó a PERFIL una fuente larretista. Esta vez no fue distinto. Eso sí: Vidal, desde hace un par de semanas, viene observando cierta lentitud en las medidas del ministerio de Desarrollo Humano así como en la coordinación de políticas públicas. En el almuerzo, entre otras cosas, se planteó que esos problemas de gestión comenzaron a resolverse pero que aún le falta dinámica al área social.
A la ex gobernadora no le gusta nada ser vista como una interventora de otros funcionarios en ejercicio. Pero su experiencia en la Ciudad, donde fue ministra de Desarrollo Social y luego vicejefa de Goberno con Salud y el área social a su cargo, más sus diálogos con referentes sociales la pusieron en alerta por la situación en las villas.
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Además, como contó PERFIL, ha participado de varias mesas de crisis vinculadas a la pandemia. “Lo trata de ayudar a él y a su equipo”, lo resumieron cerca de Vidal.
La semana pasada cuando fue blanco de críticas por su gestión en Salud de parte del presidente, Alberto Fernández, pero mucho más crudamente del gobernador Axel Kicillof, el jefe de Gobierno no quiso entrometerse en la polémica. En privado siquiera fue necesario que lo aclaren: Larreta necesita sostener un buen vínculo con el Gobierno nacional y con el bonaerense. El lunes, tras un par de días donde la oposición salió a respaldar a Vidal, la defendió: planteó que él “valoraba mucho lo que hizo María Eugenia en la Provincia”. Al otro día, ella ya estaba almorzando en Uspallata.
La vida política del tándem, la simbiosis política, va unido. Larreta le encarga misiones ante el círculo rojo y ella contiene a parte de su tropa en el Gobierno de la Ciudad. Pero, a futuro, va más allá: la decisión de candidaturas, tanto en 2021 como en 2023, saldrá de un acuerdo entre ellos.
Por lo pronto, Vidal divide su tiempo en tres: por un lado, la colaboración con el Gobierno porteño, por otro su agenda política y social con reuniones virtuales con dirigentes y referentes y por otro lado, el futuro de sus clases de políticas públicas.
En el primer caso, también estuvo participando de una serie de charlas que organizó el secretario General porteño, Fernando Straface, sobre el escenario Post Pandemia. En esas reuniones, donde participó también Hernán Lacunza e intelectuales como Andrés Malamud, la ex mandataria aportó su visión.
En el caso de las reuniones por Zoom, se reservó los martes y los viernes. Con el jefe del bloque de diputados del PRO, y su amigo, Cristian Ritondo como moderador, reúne a dirigentes de todas las provincias, quienes la escuchan y hasta realizan preguntas.
Por otro lado, desde su departamento en el piso diez cerca de Las Heras y Avenida Pueyrredón, rearmó sus clases como futura profesora universitaria. Por ello, Emmanuel Ferrario, el secretario de Asuntos Estratégicos de la Ciudad, la viene ayudando y hasta será su ayudante de cátedra.
Ferrario comenzó a trabajar con Vidal en 2016 y se transformó en uno de sus hombres más cercanos, mientras respondía al entonces jefe de gabinete bonaerense, Federico Salvai. En diciembre del año pasado, Larreta se lo llevó a la Ciudad para que colabore con su agenda de manera transversal y, tras la renuncia - casi en secreto - de Karina Fernández, una histórica asesora del jefe comunal, fue designado como secretario de Estado.
ES/MC
