En menos de un mes, la Corte Suprema se quedará con cuatro integrantes de manera provisoria y crece la expectativa acerca de cómo funcionará una vez que eso suceda.
Al sacudón que generó la elección de Horacio Rosatti, el posterior rechazo de Ricardo Lorenzetti a través de una carta y el allanamiento a la sede de la Obra Social del Poder Judicial, controlada por un hombre de Juan Carlos Maqueda, se sumó la salida de Elena Highton de Nolasco.
Una de las incógnitas que se abrieron tras la elección del 23 de septiembre es si la mayoría conformada por los ministros Rosatti, Carlos Rosenkrantz y Juan Carlos Maqueda se impondrá frente a un Lorenzetti que parece haberse quedado solo, y más ahora que Highton, con quien tiene un vínculo estrecho, deja la Corte.
Si bien la primera semana de la nueva conducción no puede tomarse como un reflejo de lo que será el esquema de mayorías y minorías que viene, deja entrever que los supremos buscan mostrarse unidos pese a todo.
En las dos primeras reuniones, los cinco integrantes trataron cuestiones que, si bien no tienen demasiada trascendencia en el plano de la política, sí la tienen dentro del Poder Judicial.
Y en ninguno de los casos se evidenció la fractura: el 1° de octubre firmaron unánimemente una acordada en la que decidieron que los jueces con competencia criminal de la primera instancia cobren un extra por su intervención simultánea en causas anteriores a la vigencia del Código Penal.
En la siguiente reunión también se pusieron de acuerdo en actualizar la unidad de medida arancelaria del salario de los trabajadores y trabajadoras del Poder Judicial. Además, acordaron que se haga una auditoría interna en la Obra Social del Poder Judicial, que fue allanada semanas atrás y se supo que su director, Aldo Tonón, un hombre del riñón de Juan Carlos Maqueda, estaba siendo investigado en una causa por supuesta malversación de fondos y desmanejos en la institución.
Operativo reemplazo: qué desafíos enfrenta el gobierno para elegir al sucesor de Highton
En ese contexto, volvió a hablar de manera pública Ricardo Lorenzetti, quien después de la elección había publicado una carta con un duro rechazo al autovoto de Rosatti. “No se puede dar una imagen de que lo único que hay son disputas internas, acá la Corte funciona y va a seguir funcionando de manera normal”, indicó el magistrado.
En tono conciliador, insistió en que “no hay hoy en la Corte una convulsión interna (…). Es normal que haya disidencias, pero son posiciones jurídicas y son razonables, todo va a seguir funcionando normalmente”.
Corte de cuatro. Con la salida de Highton, en menos de un mes la Corte quedará con cuatro integrantes. En cuanto a números, a priori, la situación se presenta menos compleja que en 2015, cuando el ex ministro Carlos Fayt hizo efectiva su renuncia, ya que habían quedado tres integrantes (antes se había retirado Eugenio Raúl Zaffaroni).
Al igual que ahora, en ese momento se necesitaban tres votos para sacar cualquier fallo. Sin embargo, no hubo demasiadas complicaciones para seguir actuando y llegar a la unanimidad.
Con la renuncia de la ministra, se abre un nuevo paréntesis de funcionamiento provisorio con menos integrantes, y uno de los desafíos que tienen los supremos es en torno a las causas pendientes. Allí figura la causa de Vialidad, que involucra a la vicepresidenta Cristina Kirchner, o la causa del Correo, que toca a la familia Macri, por lo que deberán definir si habrá resolución ahora, después de las elecciones o si esperarán al quinto integrante.
Zaffaroni: “Nos estamos quedando sin Corte”
El ex ministro de la Corte Suprema Eugenio Zaffaroni sostuvo que “lo de la Corte es una crisis; nunca antes hubo algo parecido”. Así se refirió el ex magistrado a las distintas decisiones que convulsionaron el máximo tribunal, y consideró que “es una crisis muy rara de cosas personales, no entiendo”.
Con respecto a la renuncia de Elena Highton de Nolasco, Zaffaroni dijo desconocer los motivos pero aventuró: “Supongo que se cansó”. En ese sentido, analizó que “trabajando en un tribunal colegiado donde se pierden las formas y se empiezan a dar golpes que trascienden al público, no sé cómo se pueden reunir sin agarrarse a puñaladas, pero estimo que Highton se cansó” y concluyó que “es un momento en el que nos estamos quedando sin Corte Suprema”.
