El presidente electo Alberto Fernández develó, en las últimas horas, un cambio de planes respecto de la actividad parlamentaria prevista para las próximas semanas, que tiene como eje la decisión de prorrogar el Presupuesto 2019 y tratar uno nuevo recién a partir de marzo.
El volantazo de Alberto causó sorpresa porque ya había trascendido el ingreso del nuevo propuesto el jueves 12 de diciembre, en simultáneo a la sesión convocada para la jura de los diputados que asumirán en reemplazo de quienes abandonan sus bancas para migrar al gabinete o a otros cargos ejecutivos.
“El Presupuesto es un disparate. No tiene ninguna lógica y habla de una economía creciente. Es una improvisación de alguien que se va”, advirtió Alberto Fernández, luego del anuncio de los integrantes del gabinete nacional que asumirán el 10 de diciembre.
Según supo PERFIL, el presidente electo mantiene la idea de convocar a sesiones extraordinarias durante enero, pero el temario se terminará de definir esta semana con Sergio Massa, designado presidente de la Cámara de Diputados.
En principio esa lista contemplaría el proyecto para la creación del Consejo Económico y Social, en cuya elaboración incidirá la Secretaría de Asuntos Estratégicos que pasará a comandar Gustavo Beliz, y el avance de la declaración de la emergencia tarifaria, que contemplaría congelamiento de tarifas y la intervención en el régimen de transporte y distribución tanto del gas como de la electricidad.
La modificación en la agenda causó sorpresa en la futura oposición que ya mantuvo reuniones con Massa y con Máximo Kirchner, jefe del bloque del Frente de Todos en Diputados, para negociar el primer tramo de la actividad legislativa. Allí se habían comprometido a no obstaculizar el nuevo proyecto de Presupuesto que iba a enviar el Ejecutivo la semana entrante, con la garantía de que tampoco se tratarían iniciativas que contemplen la delegación de facultades del Legislativo en el Ejecutivo como una ley de Emergencia Económica, que estuvo vigente durante 16 años pero quedó sin efecto en 2018.
En las últimas dos décadas hubo otras dos ocasiones en donde se debió acudir a la prórroga presupuestaria por distintos motivos: en 2001, en medio de la crisis institucional que finalizó con la salida del gobierno de Fernando de la Rúa y en 2010 por la imposibilidad del kirchnerismo de lograr el número necesario para aprobarlo.
De acuerdo a la Ley de Administración Financiera, en caso de prórroga del Presupuesto, es el jefe de Gabinete, el designado Santiago Cafiero, el que tiene la responsabilidad de adecuar los números del próximo ejercicio. En ese caso, se deberán hacer ajustes tanto en los rubros de ingreso de recursos como de gastos, con la inclusión de los “créditos presupuestarios indispensables para el servicio de la deuda y las cuotas que se deban aportar en virtud de compromisos derivados de la ejecución de tratados internacionales”, dice el texto de la ley.