Máximo y Florencia Kirchner, hijos del ex matrimonio presidencial, fueron inhibidos ayer por orden del juez federal Julián Ercolini. El magistrado hizo lugar a un pedido de los fiscales Gerardo Pollicita e Ignacio Mahiques, en el marco de la causa Hotesur. La resolución implica que ninguno de los hermanos podrá disponer de los bienes a su nombre y alcanza tanto a los que heredaron de su padre, Néstor Kirchner, como a los que le donó su madre, Cristina Fernández de Kirchner, en marzo pasado tras ser convocada a indagatoria en el marco de la causa dólar futuro.
La medida de Ercolini también decretó la inhibición general de bienes respecto de las firmas Hotesur SA y CO.MA SA en la medida en que los hermanos participen de esas sociedades, pero sin entorpecer el giro comercial de las empresas. La medida contra los hermanos incluye también 16 propiedades –entre Buenos Aires y Santa Cruz– y un vehículo Honda.
Para los fiscales hubo actos que demuestran que “la intención de las personas investigadas de diluir el voluminoso patrimonio que registran en pos de que no pueda ser tutelado por la Justicia”. Maniobras como éstas son precisamente las que se tratan de impedir cuando se disponen inhibiciones, embargos o congelamientos, en pos de asegurar el pago de costas, futuras indemnizaciones, o penas monetarias e incluso cubrir un eventual decomiso.
La resolución del magistrado se suma al embargo de 10 mil millones que dictó esta semana contra CFK, cuando la procesó por la causa de corrupción en la obra pública, otro de los expedientes en los que investiga a la ex presidenta junto a la misma dupla de fiscales.
En la causa Hotesur la familia Kirchner es investigada por haber simulado el alquiler de habitaciones de sus hoteles como una medida para blanquear “retorno” en el circuito con las empresas de Lázaro Báez, que habría obtenido fondos ilícitos por medio de la concesión de obra pública que le adjudicaron.
En el marco de esta investigación, en noviembre había quedado confirmado el embargo de cuentas de Florencia en el Banco Galicia, donde había casi 5 millones de dólares.
