Pese a que no visitó Argentina durante su papado, Benedicto XVI, quien murió este sábado 31 de diciembre, siguió de cerca la situación en el país y mantuvo una tensa relación con la familia Kirchner.
Joseph Aloisius Ratzinger asumió la conducción de la Iglesia Católica en 2005; en ese momento, Néstor Kirchner llevaba dos años como presidente de Argentina y los conflictos por las diferencias ideológicas no tardaron en llegar.
La principal disputa con la Iglesia Católica fue ese mismo año cuando el ex obispo castrense Antonio Baseotto, dijo que al en aquel entonces ministro de Salud, Ginés González García, se le debía colgar “una piedra de molino al cuello y tirarlo al mar” por su postura a favor de la despenalización del aborto.
En consecuencia, Kirchner removió a Baseotto e inauguró así una larga historia de tensiones y pujas de poder con el papa Benedicto XVI. El Vaticano, por su parte, no retiró al obispo de su puesto, por lo que continuó con sus obligaciones y celebrando las misas.
Esta situación se extendió por dos años, hasta que el religioso cumplió la mayoría de edad y envió su renuncia a la Santa Sede para jubilarse. En contrapartida, el Gobierno retrasó el cuerdo con el Vaticano para nombrar a un sucesor.
Benedicto XVI y Cristina Kirchner
La Iglesia aceptó la renuncia de Baseotto meses antes de que la actual vicepresidenta del país, Cristina Fernández de Kirchner, ganara las elecciones y asumiera el 10 de diciembre de 2007 su primer mandato.
De esta manera, la tensión entre Benedicto XVI y el kirchnerismo continuó en aumento. Al poco tiempo de asumir, Cristina designó a Alberto Iribarne como embajador en el Vaticano, pero la Santa Sede jamás le otorgó la aprobación.
La Iglesia se oponía a la designación de Iribarne, puesto que alegaba que era un hombre divorciado y convivía con una mujer en pareja, algo que va en contra de las creencias católicas.
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El conflicto se extendió durante meses, hasta que el enviado decidió dar un paso al costado. Juan Pablo Cafiero fue designado como embajador en el Vaticano y la relación parecía mejorar.
Sin embargo, Benedicto XVI apuntó nuevamente contra el kirchnerismo y pidió realizar un esfuerzo por “reducir el escándalo de la pobreza y la inequidad social en Argentina”, en el marco de la campaña de Caritas Más por Menos.
De igual forma, en 2009 la presidenta de ese momento se reunió con Ratzinger en Roma y mantuvo una charla privada con el papa. Al poco tiempo, se incorporó a la reunión Michele Bachelet, de Chile y juntas colocaron una ofrenda floral en la tumba de Juan Pablo II.
Matrimonio igualitario y la muerte de Néstor
Aunque las diferencias parecían estar saldadas, la sanción de la ley de matrimonio igualitario rompió la frágil relación diplomática que Argentina mantenía con el Vaticano.
El predecesor de Jorge Bergoglio se caracterizó por ser un papa conservador y un gran teólogo alemán antes de llegar a la Santa Sede. Incluso, llegó a referirse al matrimonio igualitario como una demostración del “anticristo”.
La muerte de Néstor Kirchner en octubre de 2010 pareció acercar a Ratzinger con Cristina Kirchner, ya que envió su pésame a la actual vicepresidenta. “Con motivo del fallecimiento de su esposo, excelentísimo señor Néstor Kirchner, ex presidente de la República Argentina, elevo fervientes plegarias a Dios por su eterno descanso”, expresó.
Durante ocho años de papado, Ratzinger sumó varios escándalos y los cruces con los Kirchner fueron tan solo una parte de las polémicas que atravesó a lo largo de su estadía al frente del Vaticano.
RdC / ED