Como de costumbre en los cierres de listas, el frente Cambiemos vivió ayer momentos de tensión, con cambios de último momento en la fórmula para la Gobernación bonaerense y la decisión de Elisa Carrió de armar listas propias en gran parte del país, quejándose por el “destrato” de sus socios macristas y radicales.
La decisión que tomó el martes el PRO de postular a Cristian Ritondo como compañero de fórmula de María Eugenia Vidal a la Gobernación disparó las quejas en las filas radicales. Ernesto Sanz fue el encargado de llevarle a Mauricio Macri una carta firmada por 16 intendentes radicales en las que amenazaban con romper el frente si no se respetaba el acuerdo inicial de que el compañero de fórmula fuera uno de ellos.
Desde el PRO también estalló el ministro de Gobierno y armador macrista, Emilio Monzó, quien fue el que se había comprometido a dejar el lugar de vicegobernador a un radical. El jueves por la noche y viernes por la mañana, Sanz y Macri se reunieron para resolver la cuestión. El jefe de Gobierno no quería, en principio, ceder.
Finalmente, hubo acuerdo y Ritondo debió dejar su lugar para que lo ocupe el radical Daniel Salvador. “La unidad de Cambiemos está por encima de las personas y las candidaturas”, aseguró Ritondo en una carta. Y confirmó que retiró su candidatura “para que nada comprometa la estrategia general de cambio que el país necesita y que mi lugar sea ocupado por la UCR o la CC”. Su reemplazante fue presidente del Comité Provincia y el año pasado compitió en la interna contra Ricardo Alfonsín, apoyado por Sanz. Fue diputado y secretario de la Conadep. “Comparte nuestros valores y la idea del futuro que queremos para la Provincia”, dijo Vidal al anunciarlo.
El otro foco de tensión provino de la Coalición Cívica. El presidente del partido, Maximiliano Ferraro, emitió un comunicado en el que anunciaba que presentarán listas propias en Diputados y Parlasur. Los lilitos hablaron de “destrato y desconsideración de algunos operadores que pareciera ser que no juegan a ganar y disputar el poder en la Argentina”. Según confirmaron fuentes del partido, Carrió se puso furiosa porque se habrían incumplido acuerdos en dos provincias, donde quedaban afuera dos dirigentes muy cercanos a ella. En Mendoza, Gustavo Gutiérrez (quien fuera su compañero de fórmula en 2003) iba a ir tercero en la lista de diputados. En Catamarca, Lilita quería a Rubén Manzi encabezando, pero estarían colocando al intendente de Fiambalá, que iría de diputado y dejaría a su hijo en la municipalidad.