POLITICA
pulseadas provinciales

Todo lo que ponen en juego los presidenciables

Con el peronismo apoyado en el peso territorial de los gobernadores, el que más arriesga es Macri. Massa con poco que perder, al no tener casi candidatos propios en ningún distrito.

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Quince elecciones provinciales, en siete domingos distintos, prometen ir marcando tendencias de cara a las presidenciales. Los resultados repercutirán, para bien o para mal, en las fuerzas con las que cada espacio llegará a las Primarias nacionales del 9 de agosto. Y con un peronismo recostado en el peso territorial de los gobernadores, será Mauricio Macri el que más arriesgará.
A diferencia de Sergio Massa, quien no logró construir candidaturas propias en el interior –excepto algunos casos donde ingresó en alianzas amplias lideradas por el radicalismo–, el líder del PRO va a tener una serie de elecciones donde medirá a referentes propios. Si el camino hacia las PASO lo deja bien parado, mejorarán sus pretensiones de polarizar con Daniel Scioli.
De cualquier forma, cada uno de los presidenciables pretenderá estar presente en el búnker ganador la mayor cantidad de domingos. Scioli y Florencio Randazzo afilarán los codos para festejar con los oficialistas. Ernesto Sanz buscará sacar provecho de los resultados radicales, sin que Macri o Massa lo opaquen. Y Margarita Stolbizer apuesta a un triunfo del Frente Progresista en Santa Fe para darle un empujón a su candidatura.

Escenarios. Macri tiene muchas expectativas puestas en abril. Peleará con Miguel Del Sel en Santa Fe y procurará que en la Ciudad de Buenos Aires el festejo sea total con un triunfo de Horacio Rodríguez Larreta sobre Gabriela Michetti. En Mendoza, fue impulsor principal de la alianza con el radicalismo, que se encamina a un triunfo, sin embargo a último momento también se sumó Massa al armado. En Neuquén, en tanto, apoya a otro radical (Horacio “Pechi” Quiroga”) quien intentará pelearle al Movimiento Popular Neuquino.
El oficialismo, por su parte, aspira a que Omar Perotti salve la ropa en Santa Fe, a pelear el segundo lugar en Capital y Neuquén, y a que la suma de los candidatos propios en Mendoza se acerque a la UCR.
“En primer lugar, las elecciones van a ir marcando la agenda mediática. Y como segunda lectura, fortalecerán la polarización por los triunfos del PRO y la UCR o del Gobierno”, sostiene Alejandro Catterberg, de Poliarquía. El único lugar donde Massa está más referenciado con un candidato es en Río Negro, donde está cerca del actual gobernador Alberto Weretilneck. Las encuestas, sin embargo, lo muestran mejor posicionado al oficialista Miguel Pichetto. En Mendoza, Chaco, La Rioja y Tierra del Fuego, en tanto, cerró filas detrás de un candidato del radicalismo.
“Por la diversidad de resultados, que no ganarán en todos lados las mismas fuerzas, se van a neutralizar los efectos. No creo que definan el resultado nacional”, minimiza el sociólogo Raúl Aragón.

Clima. La discusión sobre continuidad o cambio también se meterá en cada elección. “Servirá para analizar si hay un clima más favorable para el oficialismo”, argumenta Catterberg. Las lecturas, sin embargo, deberán hacerse caso por caso y considerando múltiples matices. En 2011, por ejemplo, la elección en Salta también dejó a un oficialismo triunfante, pero con 10 puntos más de los que obtuvo Juan Manuel Urtubey el último domingo.
Distinta es la postura de Aragón, para quien “las realidades en las provincias son independientes”. Y aclara que en todo caso, si se concatenan triunfos oficialistas, “como hay un 60% que quiere cambio a nivel nacional, el temor a la falta de cambio puede generar una migración al voto útil”.
La última parada será el 5 de julio, con cinco elecciones juntas. Tres bastiones no kirchneristas (Capital, Córdoba y Corrientes), las primarias en la peronista La Pampa y el radicalismo buscando la sorpresa en La Rioja. Quedará un mes para las PASO y el panorama mucho más despejado.