José Urtubey, el dirigente industrial y exvicepresidente de la UIA sostuvo que el país enfrenta un período bisagra marcado por la caída de la actividad y el aumento del costo argentino. En ese sentido, remarcó la necesidad de una reforma impositiva que incentive el empleo formal y redefina la distribución de los recursos entre Nación y provincias. “En la Argentina se finge demencia con el pacto fiscal”, aseguró en Modo Fontevecchia, por Net TV y Radio Perfil (AM 1190).
José Urtubey es un empresario, dirigente industrial y abogado graduado de la UCA. Es magíster en Derecho Administrativo de la Universidad Austral y ganador del premio Konex 2018 en la trayectoria en la categoría de dirigentes empresariales. Se desempeñó como vicepresidente de la Unión Industrial Argentina (UIA).
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Fuiste vicepresidente de la UIA y ganaste el premio Konex de la trayectoria empresarial. Sos testigo en el cuerpo de los avatares de la industria argentina y los problemas que hoy atraviesa, donde cada vez se cierran más fábricas y hay más despidos en la industria. ¿Cuál es tu balance a dos años del gobierno de Javier Milei?
Pasaron dos años. Creo que diferenciaría los primeros meses de este último año, en donde la característica es que el ajuste o la corrección que se viene dando desde la economía tuvo mucho foco en la macroeconomía, hubo caídas de actividad fuertes, sobre todo la industria y la producción, en donde el foco está puesto en sectores específicos que los ataja o lo contiene su potencialidad y la macro misma. Es decir, me refiero a gas, minería y financiamiento. También podremos hablar algo de turismo y nuevas tecnologías. Pero el desafío que yo veo que hoy, y que todavía está pendiente, habiendo ya pasado dos años, es más allá de lo que sí podemos discutir si es la micro o no la micro, entender que para 48 millones de argentinos el sector productivo industrial de las provincias de Buenos Aires, Santa Fe y Córdoba requiere de una atención particular y sufrió muchísimo por la caída de la actividad económica.
Además, la inflación en dólares fue muy fuerte en la Argentina. Es decir, el costo argentino se transformó. Este es un desafío hay que corregir con créditos y la famosa reforma impositiva. Es indispensable hacerla. Yo creo que debió haberse dado antes, pero por lo menos ahora es indispensable llevarla a la discusión en el Congreso y sacar una norma que contenga la realidad desde el punto de vista impositivo, y que incentive al empleo formal. Me parece que esas son las características que hay que tener en cuenta en un periodo bisagra realmente, porque estamos en un punto de inflexión. Hay que ver también la inserción internacional desde el punto de vista productivo, comercial y exterior, en un mundo muy cambiante.
Es correcta esa frase de que el capital es cobarde, en el sentido de que los empresarios siempre tienden a ser oficialistas porque tienen temor a los efectos negativos que pueda tener una crítica al gobierno de turno. Podríamos decir que estamos enfrentando la mayor caída de la industria argentina en los últimos 50 años y, sin embargo, en la UIA no dicen nada. ¿Por qué?
Sí. Yo particularmente quiero ser respetuoso. No estoy en la UIA desde 2021, pero creo que es importante puntualizar la realidad. Es decir, veníamos de un gobierno en donde había que hacer correcciones desde la macro. No cabía duda. Inclusive, se ve reflejado en el exceso de stocks que había en el último ejercicio del último gobierno previo a Milei, pero que después fue muy difícil digerirlo porque la caída de la actividad fue tan profunda que eso también fue uno de los efectos negativos que tuvo la industria.
Pero, sin lugar a duda, creo que hay que retroalimentar el diálogo político entre sector público y privado y el industrial, en particular, para poner objetivos compartidos que se entiendan. Es decir, si no se encara fuertemente el tema impositivo desde un lugar exitoso, más allá de la modernización laboral, yo creo que lo impositivo tiene un carisma mucho más importante. Si no se encaran los incentivos necesarios, ese sector va a seguir sufriendo. Al final del día, el desafío es evitar que haya más desempleo y más caída de actividad industrial.
La industria y la construcción mostraron caídas mensuales en octubre
A fin de 2017, Luis Pagani, el dueño de Arcor se quejó enormemente por la importación de latas de tomate en la presidencia de Mauricio Macri, porque costaba más en la Argentina la lata que lo que costaba la lata con tomate que venía de Italia. ¿Por qué a Macri no se le perdonaba nada, parecido de alguna manera, y a Milei se le tolera todo? ¿Es porque hay miedo?
En esos años que vos mencionás, yo era dirigente de la UIA y también fui una de las voces más fuertes de la UIA y del sector productivo industrial en esos años. Creo que depende de las características de los dirigentes actuales. Es decir, yo ya no estoy como dirigente, pero sin lugar a duda creo que el desafío es poder marcar un poco las consideraciones. Estamos en un mundo muy desafiante. Si bien hoy el alineamiento que se nota con Estados Unidos puede tener aristas positivas, también creo que hay que pensar que muchos de esos rebotes que pueden tener, al final del día, están beneficiando a la importación china. Ahí también hay un debate para hacer. Vemos como el gobierno de (Donald) Trump custodió las posiciones arancelarias a efectos de entender que tiene que reforzar su producción industrial.
Es importante no caer en extremos porque después la recuperación del empleo va a ser muy difícil. Entonces, estamos a tiempo. Está muy bien que se haya fortalecido a efectos de poder encarar las reformas, pero esas tienen que estar en un consenso importante dentro del marco del Congreso con estos objetivos. Si hay empresas que tienen que reconvertirse, bienvenido sea. No hay miedo a eso. Creo que sí es importante entender que cuando se pone un freno de mano, muchas veces se pagan justos por pecadores. Hay un tiempo necesario de readaptación si no hay recursos y si no hay factores disponibles, como qué pasa en lo que es la geopolítica internacional en términos comerciales, con la disposición de créditos o con herramientas indispensables que tienen otros países. Ahí realmente vamos a estar generando algo contraproducente.
Después de Celulosa, ¿qué estás haciendo y cuál es tu optimismo respecto de la economía de la Argentina vos como empresario?
Yo soy abogado y tengo otras empresas en el rubro seguros, salud y agro. Desde muy chico me había diversificado en muchos sectores. Este año terminamos con Martín Redrado de escribir un libro que nos llevó un año y medio de debate entre los dos y consensuar con lo federal, con Argentina Federal. También estuvimos recorriendo el país con algunos gobernadores, en ámbitos académicos y también en la Justicia. La discusión o el aporte que pretendo y pretendemos con Martín es generar conciencia de la necesidad de sancionar una ley de coparticipación.
Es decir, la reforma impositiva no debe limitarse solamente a los impuestos, sino a la distribución de los recursos nacionales con las provincias. Es indispensable. Ya vas viendo cómo la discusión también ya se amplifica a los intendentes, y que la falta de recursos o la centralización de recursos y la descentralización de obligaciones y responsabilidades lleva a un desbalance que lo vamos a tener que encarar a partir de una sanción de la ley de coparticipación. Ni siquiera la jurisprudencia, los fallos de la Corte, el texto de la Constitución ni la cláusula transitoria sexta dicen que requerís unanimidad. Y esa fue la excusa para no sancionar una ley de coparticipación, que había un requerimiento de unanimidad de todas las provincias, y no lo dice ni la letra de la Constitución. Para reformar la Constitución no necesitás unanimidad, y para sancionar una ley tampoco. En la Argentina se finge demencia con el pacto fiscal. Por ejemplo, el salvoconducto que tenían las provincias versus la centralización de recursos eran los Ingresos Brutos, y se demoniza muchas veces a las provincias o a los gobernadores, pero también creo que fingiendo demencia, porque al no sancionarse la ley de coparticipación, que es lo que debió haberse hecho, se da lugar a estas asimetrías o a estos impuestos distorsivos.
El 40% de las industrias tuvieron que bajar su producción según una encuesta de la UIA
A Claudio Moroni, el exministro de Trabajo del gobierno anterior, le planteaba que lo que me quedaba como corolario es la impotencia de los gobiernos para producir los cambios, y que la elección de un presidente como Milei es resultado de su ventaja competitiva. Lo que vos estás planteando es que se fingió demencia en el pacto fiscal y que nunca se votó.
Y que nunca fueron unánimes. San Luis siempre mantuvo disidencia...
Es decir, otra vez es impotencia, porque se podría haber hecho. ¿A qué atribuís la impotencia frente a la acción de aquello que hay que corregir?
Al final del día, la visión de corto plazo de proyectar la Argentina a los mandatos o a las reelecciones o a los mandatos de corto plazo, y no a pensar en el mediano y largo plazo de la Argentina en términos institucionales y estructurales. Eso tiene que ver con infraestructura y con los defectos de los seres humanos, con su egoísmo, que están pensando en ellos y no en su función. Tenemos un problema de educación moral. Yo creo que nos hemos acostumbrado, al corto plazo.
Una de las cosas positivas que plantea Milei, independientemente de que también hay observaciones para hacerle, es que planteó a la sociedad una proyección de más de mediano y largo plazo. Él dijo: "Vamos a tener un ajuste pensando en el porvenir, que va a ser mejor”. Yo creo que eso tiene que estar acompañado de una visión también desarrollista y progresiva en términos de lo que es el crecimiento y desarrollo económico, porque si no va a ser una Argentina visualizada para 20 millones de argentinos, no 48 millones de argentinos.
Tener una sincera discusión. Es decir, así como fue disruptiva la presencia del ajuste fiscal, que me parece bien y bienvenido sea, no es suficiente, no nos podemos quedar en eso. Tenemos que trabajar en este punto que es sumamente disruptivo y que venimos escondiendo la basura bajo la alfombra hace ya décadas, desde la sanción de la reforma constitucional, de cómo vamos a conceptualizar el país entero y cómo vamos a distribuir los recursos del país entero.
Venimos fingiendo con el pacto fiscal...
Sí, fingiendo demencia con la falta de sanción de la ley de coparticipación, usando herramientas transitorias como son los pactos fiscales.
TV/LT