La política ya comenzó a jugar la elección del año que viene. 2017 es clave para el futuro de Cambiemos y la provincia de Buenos Aires sigue siendo la "madre de todas las batallas". Por esa razón, el PRO comenzó a seducir a intendentes peronistas para agrupar lo más que se pueda. La estrategia es del PRO y nunca fue consultado con la UCR. Por esa razón el centenario partido emitió un duro comunicado donde exigió "mayor participación" en el armado de la gobernadora María Eugenia Vidal.
El texto, impulsado por el titular provincial Ricardo Alfonsín, dejó en evidencia la interna que se vive dentro del radicalismo, a tal punto que el vicegobernador Daniel Salvador, también radical, ninguneó el reclamo y dijo que es "sumamente positivo" que haya "intendentes que han participado en otros espacios y ahora fortalecen y comparten nuestras pautas, principios y objetivos".
Ayer por la noche se sumó el intendente de Dolores, Camilo Etchevarren, histórico dirigente radical que en los últimos años compitió electoralmente dentro de la Coalición Cívica. "La UCR se sigue manejando con generales que nunca ganaron una batalla", remarcó apuntando hacia Alfonsín, aunque sin mencionarlo.
Al mismo tiempo agregó: "La UCR debe elegir gente más representativa", en declaraciones al canal QM Noticias. En octubre vence el mandato del hijo del expresidente y todo indica que se librará una interesante batalla por la sucesión.
Peronistas. Días atrás Vidal anunció la incorporación del massista Joaquín de la Torre al gabinete como nuevo ministro de la Producción, cargo que tiene el radical Jorge Elustondo y ahora debe compartir.
Además, se mostró junto al intendente de Azul, Hernán Bertellys, que se alejó del Frente para la Victoria. El objetivo de máxima es apuntar a la incorporación de Margarita Stolbizer, hoy más cercana al diputado Sergio Massa que a las filas del PRO. En el entorno de Vidal no pierden las esperanzas.
