El primer y gran conflicto en material gremial de este 2023 lo protagonizan el Sindicato Único de Trabajadores de los Peajes y Afines, cuya figura más representativa es Facundo Moyano, y Aubasa, la firma estatal de la provincia de Buenos Aires a cargo de la concesión de rutas y autopistas del distrito. Todo comenzó ante la falta de un acuerdo para que no haya despidos mientras se modernizan las cabinas de peaje.
Pero ya se trata de una disputa de tono elevado, dominada por duras acusaciones y que suscitó la atención del moyanismo y hasta de la CGT.
La principal central decidió aparecer en el escenario de la pelea ante el pedido de cancelación de personería gremial que realizó la empresa, en una audiencia en el Ministerio de Trabajo.
La firma directamente pidió que “la Dirección Nacional de Fiscalización imponga una nueva multa y sanciones que incluyen el inicio de acciones ante el fuero competente para la cancelación de la personería gremial”.
Según pudo saber PERFIL, existió una comunicación entre Gerardo Martínez, una de las figuras de la central obrera y secretario general de la Uocra, y el hijo del cacique sindical en solidaridad ayer.
Luego, Huguito Moyano, abogado, hermano de Facundo y empapado en la cuestión legal de la pugna, se encargó de transmitir información a la segunda línea de Martínez, que rápidamente puso manos a la obra y motorizó un texto en rechazo a la movida empresarial.
La Confederación Argentina de Trabajadores del Transporte (la CATT), una organización dominada por el moyanismo, también salió en respaldo del hijo de Hugo: “Considerando la gravedad del tema, inesperado por cierto de un gobierno que reivindica los derechos laborales y la libertad asociativa de los trabajadores y trabajadoras a través de las organizaciones sindicales, desde esta Confederación seguiremos atentos y en solidaridad plena”.
En tanto, Facundo Moyano, ante este medio, luego de haber criticado duramente a Axel Kicillof por el rol de la compañía, apuntó que la exigencia que vio “no tiene precedentes en democracia ni tiene relación con lo que se está discutiendo, es inviable”, e insistió en que solo tuvieron problemas bajo la gestión de Lissalde.
La pugna entre el colectivo sindical y Aubasa data desde hace casi un año y está basada en la falta de acuerdo sobre un plan de reconversión laboral que, tecnología mediante, asegure los puestos de trabajo.
A esto se le añade, de acuerdo con el sindicato, la falta de recategorizaciones del personal, el incumplimiento de pactos paritarios y el despido arbitrario de un trabajador a cargo de la gerencia de sistemas, precisamente ocupado en el diseño de una estrategia que contenga a los empleados ante el avance de nuevos sistemas tecnológicos.
Sin entendimiento, con negociaciones truncas, el camino que eligió el Sutpa fue la cristalización de paros que incluyeron barreras levantadas de peajes de la costa atlántica en la última semana, pese a la conciliación obligatoria que dictó la ministra de Trabajo, Kelly Olmos. Y se encargaron de señalar que la compañía contó con superávit hasta 2019, pero que, con el cambio de signo político, ese rendimiento financiero desapareció y se transformó en un déficit constante. De hecho, dicen que la empresa necesita por parte del gobierno provincial $ 500 millones.
Cruces polìticos
◆ La disputa comenzó hace más de un año por falta de acuerdo en un plan de reconversión laboral que venía impulsando la Gobernación bonaerense para todas las rutas de la Provincia.
◆ La empresa estatal Aubasa expresó que cumple con el acuerdo paritario y pidió la cancelación de la personería gremial del Sutpa, el sindicato cuya cara visible es uno de los hijos de Hugo Moyano.
◆ En ese contexto, el exdiputado Facundo Moyano respondió con duras críticas a Axel Kicillof por el conflicto.
◆ El Sutpa asegura que Aubasa tiene pérdidas millonarias.
