El próximo 19 de noviembre se realizará la segunda vuelta que finalmente consagrará al próximo presidente de la Argentina. Mientras que el candidato del oficialismo, Sergio Massa, llega con su espacio ordenado desde lo político, la economía sigue siendo su principal dificultad mientras que Javier Milei (cuya campaña se ha visto desordenada en el último tramo) tendrá el desafío de capturar e interpretar el ánimo de cambio que consultores y encuestadores vienen registrando desde hace, por lo menos, dos años.
En otro punto coinciden todos los consultores entrevistados por PERFIL: que el debate presidencial pautado para el 12 de noviembre podría ser clave y definitorio para las chances de ambos candidatos. A su vez, también hay coincidencias sobre la experiencia y el profesionalismo de Massa, lo que desde luego deberá ser ratificado.
Para Lucas Romero (de Synopsis) “el debate va a ser importante para que Massa muestre los defectos de Milei”. “Por lo que se sabe de las discusiones por el formato del debate, se ve que el oficialismo irá por eso. El equipo de UxP buscó ampliar todos los márgenes del debate. Para que Massa, que es profesional, saque provecho de eso”.
Según Romero, será clave que ambos muestren “argumentos y solidez conceptual”; “no es como ser panelista de TV y manejando solo temas que conocés”, analizó Romero en diálogo con PERFIL quien agregó que Milei deberá calibrar su discurso para no sonar “académico” y distante de los televidentes.
En tanto para Carlos Fara (de Carlos Fara y Asociados), “en teoría, en el debate Massa tendría la ventaja”. Analizó a su vez que al candidato de UxP “le sale natural ser la ‘ancha avenida del medio’”, convocando a los votantes moderados de centro. Y es que para Fara, la clave de la elección estará en el voto de los moderados.
“El debate podría ser un punto bisagra. Milei no va a tener apuntes ni machetes, que es en buena medida lo que lo ancló a una posición más tranquila en los debates pasados. Sin poder leer, podría costarle mucho ser disciplinado y ceñirse a un guion”, analizó el consultor Lucio Guberman, en conversación con este medio.
Además, agregó que “la mirada sobre Milei será muy exigente”, y “los debates se miran más de lo que se escuchan”.
Otro de los puntos en que los consultores coinciden es que la campaña de LLA, tras la irrupción de Mauricio Macri, se muestra desordenada. Pese a ello, para Fara la jugada del expresidente es positiva.
“Creo que es positivo que Macri se haya sumado a la campaña. Genera volumen y amplifica, más allá de los ruidos internos”, analizó. “Es una decisión con riesgos y con costos”.
“Por otro lado genera el riesgo de que Macri tiene mucha imagen negativa (igual que CFK), con la chance de que Massa convierta la elección en un plebiscito sobre los temores de Milei y de la gestión de Macri”, dijo Fara, quien además señaló que “el otro riesgo es Macri levantando el volumen, y que Milei y su imagen se diluyan”.
Por su parte, para Romero, en “Macri hay una clara intención de transferir un voto opositor de (Patricia) Bullrich a Milei. Su prioridad es la derrota oficialista. Las generales pusieron techo a Milei. La apuesta de Macri es win-win desde su perspectiva. Si lo ayuda a ganar, se transforma en influyente. Si Milei no gana, va a decir que ‘las ideas de la libertad’ están acompañadas por un porcentaje grande”.
En contrapartida, para Guberman, “lo de Macri es inconveniente para Milei. ¿Qué votos mueve Macri que no estén contenidos en el antiperonismo? Además, eclipsa el encanto de ser lo ‘diferente’”.
Todas las voces consultadas por PERFIL señalan que el ánimo de la sociedad es de “cambio”, pero que la fragmentación de la oferta de “cambio” ha posibilitado al candidato del oficialismo llegar con chances a la segunda vuelta. Al mismo tiempo, el discurso “duro” de Milei ha posibilitado fidelizar un 30% del electorado, lo que está lejos de ser suficiente para ganar una elección.
También se le reconoce a Massa la habilidad para tener una “narrativa de futuro” y de esa manera alejar la discusión del presente, signado por la inflación, por el dólar, la falta de insumos y de combustibles, de la que él es ministro de
Economía.
