Desde hace años la estructura del Instituto de Ayuda Financiera (IAF) de las Fuerzas Armadas sirve de paraguas protector para dictadores retirados y simpatizantes del terrorismo de Estado. Eso no es todo, la caja del organismo también es usada para pagar las costas de abogados que defienden a militares que ganan diversos juicios al Estado y a estudios jurídicos que defienden a condenados por crímenes de lesa humanidad.
A los empleados más antiguos del edificio de Cerrito 572 no les llama la atención que el nombre de algún militar retirado con pasado en la dictadura se pronuncie a diario por esos pasillos. Sin ir más lejos, en la estructura orgánica del IAF figura como subgerente de Planeamiento el capitán de fragata retirado Eduardo Alberto Traid, oficial de la Armada que fue en 1976 jefe de la División Armamento en el Edificio Libertad cuando desapareció el conscripto Eduardo Guerci, que prestaba servicio en esa unidad.
En abril de 2009, Traid tuvo que declarar en los tribunales de Comodoro Py sobre la desaparición de un soldado. Habló de la existencia de "conscriptos desertores", pero no podía recordar la eventualidad de tales hechos en la división a su cargo.
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