Treinta y cuatro peritos que representan a las partes en conflicto y a la Gendarmería, designados por la justicia, mantuvieron un debate en el Edificio Centinela para determinar si al fiscal Alberto Nisman lo mataron o se suicidó.
En dicho debate la Gendarmería llegó a la conclusión que el "fiscal fue asesinado de un tiro en la cabeza, que se intentó ocultar modificando el escenario del crimen, para simular un presunto suicidio gatillado por una eventual crisis anímica", según un dossier judicial que circuló en las últimas horas.
El debate técnico se hizo frente a una réplica exacta del baño donde apareció muerto el fiscal federal, y tuvo como protagonistas a 34 peritos, entre ellos 28 de la Gendarmería y 6 que representaban a los estudios Lanusse y Romero Victorica –querellantes-, y Rusconi –defensor de Diego Lagomarsino.
Para todos ellos no hay dudas que el fiscal fue asesinado. Entre las conclusiones a las que arribaron se destacan que "se hicieron tres pericias (en La Plata y Salta) que comprobaron que el arma usada para matarlo deja residuos de disparo, mientras que no encontraron ningún resto de pólvora en Nisman cuando revisaron su cadáver. Que el disparo fue hecho detrás de la oreja y en forma perpendicular, y no se apoyó el caño. Ese no es un procedimiento habitual en un suicida. No hay forma física de hacerlo.
En los próximos días, todos los peritos volverán a encontrarse en el Edificio Centinela para la elaboración de las conclusiones, para luego elevarlas el fiscal federal Eduardo Taiano quien deberá decidir si avala la pericia de la Gendarmería o sostiene la hipótesis del suicidio.